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Think Cities | Educación Expandida para el Empoderamiento Ciudadano

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Think Cities

Os presentamos el último proyecto de educación expandida de Domenico Di Siena, arquitecto, urbanista y habitual colaborador nuestro. Nos parece una interesante evolución, hacia lo híbrido (virtual-presencial) y glocal, de experiencias previas como Think Commons o Urban Social Design Experience.

Tras la exitosa experiencia de la plataforma Think Commons, que propone todos los miércoles sesiones en videochat sobre cultura colaborativa y procomún, nace Think Cities, un proyecto de Investigación y Educación Expandida dedicado a la Innovación Urbana y la Gestión del Territorio ideado.

Think Cities propone un proceso innovador mejor conocido por el término anglosajón blended learning, que consiste en recrear un entorno de aprendizaje híbrido formado por experiencias que pasan por sesiones on-line y sesiones presenciales.

Think Cities - blended learning

Think Cities es un curso on-line completamente gratuito y abierto. Las sesiones serán semanales: todos los lunes a las 18h (GMT +2) con una duración de 1h30. A estas se suman las sesiones presenciales que el arquitecto Di Siena ofrece como profesor invitado o coordinador de talleres y cursos en España, Europa y Latinoamérica.

El interés de este formato y, sobre todo, la utilidad de una plataforma como ésta, se debe a su capacidad de generar un contexto aumentado e internacional donde encontrar y relacionarse entre profesionales, investigadores y estudiantes interesados o implicados en la gestión urbana en España y Latinoamérica.

Think Cities - Workshops

Las Universidades más adelantadas están poniendo en marcha los denominados MOOC o Masssive Open Online Course, es decir, cursos on-line gratuitos a los que pueden apuntarse una gran número de personas desde cualquier parte del mundo, exactamente como propone Think Cities.

Sin embargo el proyecto que propone Domenico di Siena va mucho más lejos, ya que apuesta por un proceso totalmente glocal basado en intercambios de conocimiento reforzados por un equilibrio entre procesos digitales y presenciales y, sobre todo, entre una dimensión global del conocimiento y realidades locales.

Otro elemento que hace de Think Cities un proyecto de Educación Expandida diferente e innovador, es su relación con las universidades. Cualquier universidad, tanto española o iberoamericana puede participar en las sesiones abiertas, desde las aulas de cualquier clase de grados, master o doctorados. La gran apuesta de este proyecto, por tanto, es generar lazos y sinergias entre diferentes realidades y contextos.

Think Cities - Educación expandida

Funciona de manera muy intuitiva y fácil, utilizando las herramientas web habituales, como son google y las redes sociales.

Hay tres formas básicas para participar:

  • Videochat utilizando la tecnología de multi-conferencias de Google+
  • Streaming + Chat en la plataforma Think Commons (thinkcommons.org/live)
  • Twitter con mensajes utilizando la palabra clave #thinkcities.

Y por último todas las sesiones serán consultables en diferido, en la web del proyecto thinkcities.org

No te quedes con la curiosidad. Si te parece interesante todo esto ¡ya sabes cómo participar!
Recuerda la primera sesión de presentación será el próximo lunes 8 de abril a las 18h (GMT +2).

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Crowdfunding… ¿aplicado al desarrollo urbano?

Category: ⚐ ES+arquitectura+cultura abierta+espacio público+LCV+sostenibilidad+tecnologías+urbanismo

El boom del crowdfunding. Una idea nada nueva, con nuevos medios.

El crowdfunding o financiación colectiva (o en masa) es un concepto que viene de lejos y que se puede definir sin mucha complicación: consiste en la financiación de un proyecto a través de la suma de muchos aportes, generalmente de baja cuantía, frente al modelo del gran inversor. Por ello también se le conoce como micromecenazgo. Pero esa definición esconde muchas complejidades, como iremos viendo.

Las prácticas de préstamo o apoyo microfinanciero tienen un doble origen. Por un lado en la necesidad de las comunidades con recursos escasos de generar recursos de capital para desarrollar proyectos productivos o personales de sus miembros. Hay modalidades en distintos contextos culturales en las que los participantes generan un fondo general al que se tiene acceso por turno o sorteo, mientras que en otras variantes la financiación tiene lugar entre individuos (peer to peer). Por otro lado el crowdfunding se puede entender como un desarrollo de la tradición filantrópica, especialmente en países anglosajones con una fuerte tradición de la sociedad civil donde la donación constituye una forma de contribución a la mejora de la comunidad, una forma de lograr estatus para el donante y exenciones fiscales. En Estados Unidos la cultura de la donación es muy importante y a menudo supone el desarrollo de proyectos vitales para los sectores más desfavorecidos a los que las políticas del Estado no llegan o lo hacen de forma insuficiente. En este contexto es importante fijar el comienzo del crowdfunding con interés social o comunitario en una evolución natural en la que las nuevas tecnologías se convierten en una herramienta decisiva para atomizar el concepto de donación, a la vez que aproxima proyectos e iniciativas a la sociedad en general, que a menudo reacciona en relación a estímulos solidarios, identitarios o políticos.

Desde principios de los 2000 el microcrédito se fue acercando a las nuevas tecnologías, dando lugar a plataformas como Zopa, Prosper o Lending Club. Unos años después, le llegó el turno al crowdfunding propiamente dicho: cuando en 2009 apareció la primera plataforma online de este tipo, Kickstarter, se hizo rápidamente evidente que sus creadores habían dado, no sólo con un filón de negocio importante, sino con una forma de relacionar economía y cultura que iba a dar que hablar. A día de hoy no dejan de emerger nuevas plataformas en diferentes contextos y con distintas modalidades, a un ritmo cada vez más acelerado.

Con esto, era inevitable que tarde o temprano nos hiciéramos la primera pregunta que queremos abordar aquí:

¿Es posible aplicar la financiación colectiva a proyectos de transformación urbana, sean de arquitectura, de intervención en el espacio público o de diseño urbano? ¿Qué conseguiríamos con eso?

Parece lo mismo, pero no es igual.

Ante esta pregunta se ha generado un interesante debate, planteado tanto desde el punto de vista teórico como desde la práctica y el activismo.

Las primeras respuestas fueron directas y sin concesiones: probarlo. Poner una pieza de mobiliario urbano, un jardín comunitario y hasta una gran piscina experimental como +Pool, directamente en Kickstarter, metiéndolos en la categoría de diseño entre una pulsera y unos calcetines, y ver qué pasaba. Total, sólo es una diferencia de tamaño y cantidad, ¿no?

Plus pool en Kickstarter

¿Lo es, realmente? Alexandra Lange lo pone en duda en su artículo Against Kickstarter urbanism (Contra el urbanismo Kickstarter), en cuyo encabezado web se puede leer, entre líneas de código, que el título original era en realidad un menos contundente pero más ilustrativo “puedes kickstartear una cuchara comestible, pero no una ciudad”. El artículo, que también comentaba Bernardo Gutiérrez en su recientísimo post ¿Crowdfunding para ciudades?, está lleno de dudas más que razonables.

Una plataforma de financiación apta para un reloj no es una plataforma de financiación apta para una ciudad. Las expectaciones, los plazos y la comunidad relevante son salvajemente diferentes. […] La línea de tiempo de los proyectos urbanos, los permisos requeridos en la vida real y los enormes costes de construcción son muy poco adecuados para el enfoque de Kickstarter. […] Un parque va a requerir mucho más que 5€ y un “¡Buena idea!”.

Es cierto. Entre el dinámico vídeo de presentación o los atractivos renders iniciales y el proyecto acabado hay más distancia de la que muchos usuarios pueden percibir o entender en el momento de decidir si hacen o no su aportación. La complejidad real del proceso que un gran proyecto tiene detrás acaba dejando aquella página inicial de Kickstarter como un mero ejercicio de storytelling tan hueco como bien intencionado.

Propuestas como + Pool o LowLine tienen una cosa en común: muestran la evocadora imagen final de un proyecto muy ambicioso (imperativos del marketing), pero en realidad piden fondos para un primer paso realista y casi modesto: un prototipo a escala real de la solución constructiva a emplear. La visión y el plan de trabajo se confunden, provocando que un micromecenas poco atento caiga fácilmente en el error de obviar la distancia que hay entre ese primer prototipo (diez o veinte veces más costoso que la media de los diseños completos presentes en la misma plataforma) y el proyecto final construido y utilizable (a un nivel de presupuesto muchísimo mayor). Como dice Lange en su artículo, “el sueño consumible estaba a años y burocracias de distancia”.

Todo ese “lastre” no visible, en forma de trámites, procesos de diseño, requisitos, agentes implicados, dificultades técnicas, condiciones legales, apoyos o desconfianzas varias y demás elementos que un profesional de estas áreas conocerá bien pero que incluso él difícilmente podrá prever, es lo que Dan Hill de Sitra llama “materia oscura” y sitúa como uno de los temas a resolver por cualquier plataforma de crowdfunding que quiera aspirar a lanzar proyectos de gran escala.

Lange concluye su artículo con un decepcionado “todo lo que el formato [de Kickstarter] puede manejar son pequeñas piezas del puzzle, como gizmos [o gadgets]”. Pero como comentan en un artículo de Project for Public Spaces que responde en cierta manera al de Lange, esto puede ser también una oportunidad:

Las estrategias destinadas a dar vida al espacio público a corto plazo pueden ser una manera extraordinariamente efectiva de construir el soporte de la comunidad para proyectos más grandes.

Lo cual podemos reconocer como la base de muchos proyectos de urbanismo táctico que, a través de acciones ligeras de bajo perfil económico y pocos requerimientos burocráticos, han logrado despertar una comunidad a su alrededor. En el urbanismo táctico o en cualquier proceso de transformación urbana de estas características no se produce exclusivamente una intervención en el espacio o en la trama urbana. Los proyectos que se desarrollan de abajo a arriba (bottom-up) son procesos en los que a menudo se producen negociaciones, generación de conocimientos, nuevas narrativas sobre el espacio y la identidad del lugar y de sus habitantes. Todo ello constituye un valor añadido que a menudo supera en el tiempo la vida de la dimensión física de la intervención.

Las plataformas genéricas de crowdfunding han demostrado ser muy aptas para financiar y lanzar “dispositivos”, objetos o construcciones de pequeña escala, bajo coste y alta replicabilidad, que muchas veces tienen más potencial para transformador que otras infraestructuras de gran porte. Parece razonable incorporar esta particularidad, como un aprendizaje, en cualquier plataforma específica que esté por aparecer.

Aula Abierta Sevilla en Goteo


Pero… insistimos en ir a lo grande. ¿Qué plataformas necesitaremos?

Tras intentar usar una plataforma existente como Kickstarter (o Goteo, con proyectos como el Aula Abierta de Sevilla, o cualquier otra) y descubrir que no valen para todo por igual, los promotores inquietos con grandes proyectos entre manos vuelven su mirada hacia las propias plataformas: Si estas no nos valen, ¿cómo es la plataforma que vamos a necesitar?

Como respuesta a esa pregunta comienzan a aparecer webs más especializadas como Spacehive, una web de crowdfunding para proyectos de mejora de vecindarios, Civic Sponsor, que se define como una plataforma de financiación para proyectos públicos, o Ioby, para proyectos dirigidos a la mejora del entorno local. Sin embargo, éstas aún se parecen muchísimo  al modelo de Kickstarter y no incorporan los aspectos específicos de escala, tiempos, gestión, comunidad, etc. que acabamos de comentar.

Una plataforma que quiera resolver esa complejidad tiene que plantearse cada proyecto como un todo interrelacionado con problemas más generales que el de su financiación, como los referentes a la participación, al contexto, al apoyo y coordinación de los agentes implicados, al proceso de trabajo en sí, a los posibles conflictos con los cauces oficiales del planeamiento (la convivencia de ciudadanos e instituciones que comentaba Bernardo), etc.

Los proyectos, en una plataforma así, deberán estar compenetrados con una comunidad, o ayudar a crearla, en lugar de quedar exclusivamente sujetos a las vicisitudes del marketing como sucede muchas veces en el crowdfunding, donde “gana” el que tiene el vídeo más llamativo, o más amigos, o el que mejor ha sabido contar su historia.

Y por si fueran pocos requerimientos, las plataformas digitales plantean dudas relacionadas con la brecha digital: ¿Cómo resolver la relación entre entre la comunidad local, del lugar, y la global, de las redes sociales? ¿Cómo hacer llegar este proceso y estas herramientas a la gente que no está en la red? ¿Cómo hacer transparente en el espacio físico lo que sucede en el digital, y viceversa?

¿Hay algún proyecto que esté abordando este desafío a día de hoy? Podemos encontrar varios, incluyendo los mencionados más arriba que están en constante evolución, aprendiendo de sí mismos. Uno de los que más claramente están abordando este proceso de diseño de nuevas plataformas es Brickstarter.

Hablábamos antes de Dan Hill y el concepto de materia oscura. Pues bien, este es sólo uno de los muchos aspectos que desde Brickstarter, del cual él forma parte, se están replanteando. Frente al enfoque más bien inmediato de proyectos como Spacehive, éstos han optado por abstraerse de lo que actualmente se entiende por plataforma de crowdfunding y tratar de dar forma a algo nuevo que integre los diferentes aspectos mencionados. Su blog es una inspiradora colección -de lectura recomendable- de profundas entrevistas y detallados análisis claramente dirigidos a extraer conocimiento del estudio de casos.

Para hacernos una idea rápida (aunque parcial) de por dónde van sus planteamientos, basta con que nos fijemos en uno de los bocetos preliminares que, en un buen ejercicio de transparencia, han publicado en el blog:

Brickstarter sketch

Esto ya no se parece tanto a Kickstarter, ¿verdad? Aparecen un buen montón de conceptos nuevos: escala, tiempos, valor, agentes de varios tipos (promotores, partidarios, patrocinadores), una clara diferencia entre el estado de financiación, de apoyos y de aprobación o permisos, un seguimiento de problemas, debates, algo que parece un feed local, etc. Este boceto tiene una profundidad de planteamientos y una complejidad detrás que ya parecen más acordes con el tema. Y sólo es un esbozo muy preliminar de una futurible plataforma online, que con toda seguridad es (o idealmente debería ser) sólo una parte del plan de trabajo de Brickstarter.

Para acabar este artículo dando pie a nuevas reflexiones os dejamos, como propuesta no cerrada, una serie de planteamientos que pensamos que deberían tratar de incorporar las plataformas de crowdfunding centradas en proyectos públicos y desarrollo urbano:

  • Mostrar todo el proceso y sus implicaciones, incluida la “materia oscura”.
  • Permitir empezar desde la pequeña escala, valorando el potencial de los dispositivos “low-” y el enfoque del urbanismo táctico para dar pie a proyectos mayores.
  • Aportar y visualizar un valor de retorno en cada paso del proceso, tras cada ciclo convocatoria-desarrollo-logro.
  • Cambiar el enfoque de la plataforma, desde una simple financiación colectiva hacia un “qué necesitamos para que esto suceda”, en el que se incluya la entrada de acciones y recursos distintos del simple aporte de dinero, como ya sucede en Goteo o en Civic Crowd.
  • Combinar el anterior con un enfoque de “gestión integral del proyecto”, del que la financiación colectiva (o mixta entre lo colectivo y lo institucional) sea sólo una parte.
  • Plantear esa plataforma como una base ligera sobre la que añadir diferentes “herramientas” de gestión, de forma que sea adaptable a proyectos más o menos complejos sin abrumar al usuario.
  • Asumir que la plataforma no lo es todo, y que hay toda una serie de canales, medios o espacios que tendrán que ser tenidos en cuenta y coordinados entre sí.
  • Aceptar que estamos al comienzo de un camino, un camino que se hará al andar.

 

Este artículo es fruto de una colaboración entre Andrés Walliser (@andreswalliser), desde Nueva York, y Jorge Toledo (@eldelacajita), desde Madrid, a través de Ecosistema Urbano (@ecosistema), para el blog de La Ciudad Viva.

Ver artículo original

P.D. de Jorge: Esta entrega sobre el tema iba a terminar aquí, pero en el momento de su publicación sucedió algo que bien merecía extenderse un poco más. Andrés y yo teníamos muchas ganas de escribir acerca de esto porque de alguna manera se percibe como un tema que “está en el aire”, que está en el aire con tal densidad que llega al “punto de condensación”. Y es que como los cazanieblas, parece ser que las redes en que nos movemos contribuyen a condensar las ideas y las hacen fluir hacia la corriente (en inglés, tal cual: stream) de la conversación colectiva. Tres días antes de la publicación original de este artículo, y con este todavía en sus huesos, Bernardo Gutiérrez publicó su artículo ¿Crowdfunding para ciudades?. Dos días después, la red seguía goteando: cuando me disponía a rematar y publicar el artículo, me llegó de pronto una inesperada invitación desde Think Commons a un hangout, una sesión de videochat online. Un timing de primera. Al entrar me encontré a Carlos Cámara, Ferrán Reyes y Domenico di Siena en pleno debate sobre… sí, este mismo tema. De modo que no he pude menos que incorporar este texto a la conversación, y viceversa.

Aquí tenéis un vídeo, fruto de ese momento de serendipia, que es casi la versión audiovisual de este artículo. Os lo recomiendo porque aborda algunos de los puntos clave comentados en este artículo, y unos cuantos más que no tienen desperdicio y que entrarán con seguridad en alguno próximo.

Hangout sobre co-financiación de las ciudades

Para los más impacientes: alrededor del minuto 19′, la conversación, inicialmente errática, enlaza de forma natural con el tema del crowdfunding, y hacia el minuto 37′ es cuando me incorporo y comenzamos a conectar con lo comentado en este artículo.

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Identidades personales e identidades colectivas | cRTweet, gestión colaborativa de cuentas de Twitter

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cRTweet - ilustración Jorge Toledo

A continuación reproducimos un artículo de  Alfonso Sánchez Uzábal (@skotperez) presentando cRTweet, una aplicación web para Twitter que llevamos probando con @ecosistema desde que salió la primera alpha que nos contaba Francesco Cingolani en un post anterior. Esta sencilla pero potente aplicación nos parece que abre una vía práctica de solución en medio de un debate sobre el encuentro, la interacción y a veces el conflicto entre la identidad personal y la colectiva, tema que nos hemos planteado bastantes veces en Ecosistema Urbano y que recientemente comentaba Domenico di Siena en su post Creatividad Horizontal: Redes, Conectores y Plataformas, cuando hablaba de “los colectivos y la red”.

Os dejamos con el artículo de Alfonso, que lo explica perfectamente, y os animamos a experimentar esa forma de gestionar las cuentas que propone la aplicación.

Hace cerca de un año, Francesco Cingolani me contó las contradicciones que encontraba en las cuentas colectivas de Twitter, las cuentas de una marca, de un proyecto o de un evento, y las incomodidades a la hora de gestionarlas.

Francesco, que gestiona un número elevado de cuentas de identidades de marca o colectivas, me explicó que es tedioso solo decidir en qué cuenta publicas una determinada información encontrada, y en el caso de que encaje en varias, es tedioso retuitear.

Otro inconveniente de las cuentas colectivas es que un interlocutor no sabe con cual de las identidades que están detrás está hablando, ya que los proyectos o las marcas no hablan por si solas.

Por último, estaba el tema de la coherencia, la línea editorial que una cuenta gestionada colectivamente, ha de tener. Ambos, que estamos en más de un proyecto colectivo, hemos vivido esas largas discusiones sobre lo que es lícito decir por boca de nuestros proyectos: es difícil llegar a un consenso al respecto, y en la mayor parte de los casos, se consigue un acuerdo de mínimos que limita enormemente la capacidad de expresión de cada parte, empobreciendo la identidad colectiva.

Más adelante, junto con Domenico Di Siena, influidos por las reflexiones en torno al proyecto sentientID, nos convencimos de que una identidad colectiva no es otra cosa que la suma de las identidades personales que la construyen, en ningún caso una supraidentidad que condiciona o limita a cada uno de los integrantes.

Bajo esta premisa no solo nos hemos ahorrado muchas discusiones, también hemos conseguido trabajar bajo identidades colectivas en permanente construcción. Así, si una persona abandona un proyecto, la identidad de éste cambia forzosamente, liberando a los miembros que permanecen de mantener algo con lo que no se sienten identificados. En el caso de que una persona se sume a la iniciativa, hay espacio para la nueva aportación al no tener a prioris, y se beneficia rápidamente de la nueva aportación.

En la práctica, lo hemos llevado a cabo cuidando mucho el reconocimiento personal, muy en la línea del sistema meritocrático de las comunidades hacker. Esto permite que nadie sienta que está aportando más que el resto, o que alguien se está provechando de una identidad colectiva sin trabajo: el que más aporta es el que más se beneficia. Por otro lado, al estar cada aportación perfectamente reconocida, los errores también lo están, con lo que hay mucha más tolerancia a la hora de dejar hacer al otro.

Para lidiar con esta situación, Francesco ideó una herramienta que le permitía publicar desde su cuenta personal de twitter en las demás cuentas que gestionaba. La desarrolló usando Yahoo Pipes. Cuando hablamos, decidimos desarrollarla de manera autónoma, para no tener las limitaciones de aplicaciones de terceros. El resultado fue cRTweet.

cRTweet - ir a la página

Así, cRTweet permite una gestión colaborativa de cuentas de twitter. La idea que tiene detrás es fortalecer una marca, un proyecto, una identidad colectiva en definitiva, a través de su cuenta de twitter, mediante las aportaciones de sus integrantes.

Una de las aplicaciones que tiene es alimentar la cuenta de un evento durante el tiempo que dura, de manera que la cuenta se convierta en una documentación colectiva del evento, llevada a cabo por las personas que asisten a él, ya sea presencial o digitalmente.

Con cRTweet se puede conceder permiso de publicación en una cuenta de twitter colectiva, a cuentas personales. De esta manera la cuenta colectiva está alimentada por todas las personas habilitadas.

El funcionamiento es sencillo:

  1. Se concede permiso a una cuenta, digamos @usuario, para publicar en la cuenta colectiva, digamos @colectiva, a través del panel de administración de crtweet.com
  2. El usuario habilitado recibe un direct message en su cuenta de twitter a modo de notificación, con un enlace a las instrucciones de uso.
  3. Para publicar en la cuenta colectiva el usuario, al tuitear en su propia cuenta, tiene que incluir el código cRT @colectiva, donde colectiva es el nombre de la cuenta colectiva. Por ejemplo: Este tuit se también se publicará en mi cuenta colectiva cRT @colectiva
  4. En la cuenta colectiva aparecerá el tweet del usuario con el siguiente formato,RT @usuario: Este tuit se también se publicará en mi cuenta colectiva, quedando acreditado perfectamente el mensaje.

cRTweet envía los mensajes a las cuentas colectivas cada media hora, a las horas en punto y a las y media. Lo he desarrollado junto a Pablo Rey Mazón.

Visita el artículo original en voragine.net
Sigue a @skotperez en Twitter

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La cuarta dimensión

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Retomamos otro artículo publicado previamente en La Ciudad Viva que, al hilo del anterior, reflexiona sobre el concepto de vecindad en un mundo glocal, con una relación en tiempo real entre lo digital y lo presencial que forma lo que Domenico llama “la cuarta dimensión”.

Todos nos hemos pasado una noche entera en Facebook o en Twitter hablando con amigos y conocidos, muchas veces gente que vive a miles de kilómetros. Sabemos lo que pasa en China y hasta el detalle más nimio de la ceremonia de los Oscars. ¿Por qué no nos pasamos la noche charlando con nuestros vecinos? ¿Por qué mi identidad ya no tiene relación con el barrio en el que vivo, ni me entero ya de lo que ocurre en la calle de al lado? El progreso nos ha cambiado el barrio por la aldea global pero la llegada de Internet nos ofrece lo mejor de los dos mundos gracias a la cuarta dimensión.

yo cojo lo de los demás, los demás cogen lo mío

La palabra globalización es una farsa. No hay globalización, sólo hay virtualización. Lo que está siendo efectivamente globalizado es el tiempo. Ahora todo sucede dentro de la perspectiva del tiempo real: de hoy en adelante estamos pensados para vivir en un sistema de tiempo único.
[…]
Por primera vez la historia va a revelarse dentro de un sistema de tiempo único: el tiempo global. Hasta ahora la historia ha tenido lugar dentro de tiempos locales, estructuras locales, regiones y naciones. Pero ahora, en cierto modo, la globalización y la virtualización están inaugurando un tiempo universal que prefigura una nueva forma de tiranía.
[…]
De este modo vemos por un lado al tiempo real sustituyendo al espacio real. Por otro lado tenemos el tiempo global, perteneciente al multimedia, al ciberespacio, increíblemente dominando la estructura del tiempo local de nuestras ciudades, nuestras vecindades.

Paul Virilio planteaba en 1995 los efectos del progreso, concretamente del ciberespacio, en la sociedad. Reflexionaba sobre el concepto de tiempo real y tiempo único, entendiéndolo como la destrucción definitiva del espacio real. Debo decir que estoy fascinado con esta reflexión de Virilio, que se define a sí mismo como filósofo y urbanista autodidacta (¡Gracias Manon por descubrírmelo!).

No obstante, estoy totalmente en desacuerdo con él porque no tiene en cuenta algo que hoy se da por sentado: la hibridación físico-digital. Afortunadamente, hace ya años que se dejó de hablar de ciberespacio y se empezó a hablar de una sola realidad con diferentes facetas, entre ellas la digital y la presencial. Segundo, porque lo que dice Virilio se parece más a lo que han generado los medios de comunicación de masas y la primera etapa de Internet. En realidad, este momento es el comienzo de un proceso que va en sentido opuesto.

Cuando Virilio habla del concepto glocal da a entender que en esta nueva relación entre local y global, lo local sale perdiendo y, por consiguiente, aparecen ciudades sin interés, que dependen de lo que él denomina “tiempo global” o “tiempo único”. Me acuerdo ahora precisamente de Virilio porque expone el problema y el peligro y justo es hoy, en estos momentos, cuando se está produciendo un cambio histórico.

En una entrevista dice “si el tiempo es dinero, entonces la velocidad es poder”. Ahí ha dado en el clavo. Es más, añadiría que el poderoso es aquel que puede permitirse perder el tiempo.

Estoy convencido de que el “tiempo real” puede ser la herramienta más poderosa que los ciudadanos hayan tenido. Lo es por dos simples razones. La primera, porque les permite organizar, plantear, crear y formar parte de procesos distribuidos de creación, transformación y gestión urbana. Me refiero a procesos que sólo son posibles cuando el retorno de la información sobre los resultados de las acciones de cada uno permite reaccionar y redirigir el proceso hacia lo que desea cada individuo. La segunda razón es que el tiempo real es la base de lo que podríamos llamar ambient intelligence, un “lugar” en el que personas, proyectos y objetos que configuran un entorno pueden interactuar para fomentar la serendipia, el conocimiento y la creación colectiva.

Hablamos, claro está, de procesos claramente locales, horizontales y distribuidos. Procesos que devuelven a la ciudad su carácter de espacio de aprendizaje, como bien nos recuerdan Paco González y Enric Senabre.

La cuestión es, ¿cómo lo conseguimos?

Casi todos tenemos un smartphone, o por lo menos un ordenador con acceso a Internet. Estos dispositivos nos dan acceso a la cuarta dimensión (SentientID).

La cuarta dimensión nace cuando nos encontramos en un ambient intelligence. Se trata de la conexión definitiva entre el espacio, el tiempo y la capa de información. Virilio temía que esa capa de información se comería las demás de facetas de la realidad, sin embargo ese peligro ya no existe gracias a la hibridación.

El disponer de información en tiempo real de todo lo que nos rodea aumenta las posibilidades de crear espacios comunes de interacción. Internet nos permite relacionar la información digital de todos los agentes “sensibles” que configuran un mismo entorno físico y que podamos acceder a ella en tiempo real, por eso es en Internet donde se dan con más facilidad la construcción de este tipo de espacios.

Ahora tenemos la capacidad de trasladar todo ese potencial que se genera en Internet al espacio físico. Tenemos la capacidad de conocer los proyectos, las pasiones, las ideas y los deseos que laten en las calles y en los hogares de nuestro barrio. No se trata de conocer la vida íntima de cada vecino sino de tener una idea general sobre lo que ocurre a nuestro alrededor, como cuando salimos a la calle un día soleado tras varios días de lluvia y notamos que todo el mundo parece feliz. Esta sensibilidad al entorno (ambient awareness, en inglés) es algo que está en peligro de extinción.

mi identidad la busco en los demas

Si nos paramos a pensar, sabemos qué ocurre al otro lado del Atlántico pero si alguien nos preguntara qué pasa en el barrio, posiblemente contestaríamos que en nuestro barrio nunca pasa nada.

El progreso nos ha quitado la ambient awareness y el progreso nos la devuelve a través del uso de dispositivos con acceso a Internet. La sensibilidad al entorno no puede existir si no disponemos de información en tiempo real y contextualizada. Mediante el intercambio de esta información recuperamos ambient awareness, la base para sobre la que construir ese lugar de creación que hemos llamado ambient intelligence.

Dicho de otra manera: la interacción que podemos tener con nuestros vecinos y la cantidad de información digital relacionada con nuestro entorno físico no pasa por un modelo automático que define a los ciudadanos como autómatas guiados por máquinas. Los dispositivos en este caso son un mero instrumento y nos sirven para seleccionar la información necesaria para crear ambient awareness y, cuando nosotros lo deseamos, dar un paso más y conectar con aquello que nos llama más la atención.

Peuplade, por ejemplo es una red social hiper-local nacida en París en 2003 y que ya funciona en 16 ciudades francesas. Conecta a los vecinos de calles y barrios y facilita que se organicen iniciativas como establecer turnos para acompañar a los niños al colegio, celebrar fiestas, etc. También permite crear bancos de tiempo e intercambiar objetos y servicios.

En la misma línea, Voisin-age permite a los vecinos de un barrio conocerse y organizarse para ayudar a personas mayores que viven solas.

Lo más interesante de Peuplade y de Voisin-age son los efectos indirectos: dan la oportunidad a la gente de conocerse y establecer relaciones. Es decir, crean ambient awareness y fomentan ambient intelligence, ingredientes indispensables para la solidaridad social.

También han surgido herramientas más flexibles y adaptadas a dispositivos móviles. Por ejemplo, Whatif (de Ecosistema Urbano) y Neighborland. Esta última conecta a personas con ideas afines, iniciativas y recursos. Permite evaluar qué quieren los residentes de las diferentes áreas y espacios públicos del barrio. Además, al poner sobre la mesa las demandas vecinales y demostrar que hay una base de clientes viables, promueve el espíritu empresarial en el barrio.

Son prototipos, pioneros en el acercamiento a la ambient intelligence y a la cuarta dimensión. Les falta mejorar en su conexión con lo más cercano y con el tiempo real.

la democratización de la tecnología

Las inquietudes de Paul Virilio derivan de un uso de la tecnología de la información que hasta hace muy poco nada tenía de horizontal ni de distribuido, incluso en Internet. Ahora que los ciudadanos tenemos las manos en la masa es imperativo que adquiramos la capacidad, sobre todo cultural, de entender la tecnología como un medio y que lo aprovechemos para experimentar nuevos modelos de relación con el entorno físico y las personas que nos rodean. Nos tenemos que adueñar de la tecnología, humanizarla y dejar de pensar en ella como una novedad.

Pensad en ello: la clave para una ciudad realmente atractiva es pasar del paradigma del consumo de espacios y experiencias a la creación de espacios y plataformas para el aprendizaje colectivo.

 

Artículo previamente publicado en La Ciudad Viva, desarrollado por Domenico Di Siena (@urbanohumano), con la colaboración de Manon Bublot (@heterotopie) y Marisa Rodríguez (@la_madalena) para Ecosistema Urbano (@ecosistema).

Imágenes por @lacasinegra, una selección a partir de la presentación: “40 frames de termitas, ¿existe un cine sin cine?”

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Urbanismo Táctico: “Hacking the city” | Taller en la UNIA, Sevilla

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Del 25 al 27 de septiembre tendrá lugar el taller de Urbanismo Táctico en la Sede Tecnológica de la UNIA en Sevilla, y las inscripciones finalizan esta semana.

Urbanismo Táctico 2012

Esta vez con el tema “Hacking the city” que sigue la filosofía hacker de aprender, intervenir y reescribir el “código” establecido de la ciudad para poder modificar su funcionamiento.  Compartir, lo abierto, lo descentralizado, el libre acceso y la mejora del entorno son principios que complementan el enfoque del urbanismo táctico en la ciudad.

Dirigido a apasionados de las nuevas tecnologías urbanas; practicantes espaciales y culturales de la ciudad; estudiantes, interesados y profesionales de la ciudad; técnicos de entidades locales y asociaciones que quieran innovar en los procesos de participación y acción ciudadana.

La participación de gente como Oscar Martínez @sarok (Trànsit Projectes), Zuloark @zuloark, Nacho Dominguez–Adame @nachetz (radarq), Domenico Di Siena @urbanohumano y Paco Gonzalez @pacogonzalez (radarq) nos hace prever que el taller va a ser uno de los más interesantes que se hayan hecho últimamente sobre este tema. ¡Para no perdérselo!

Temario: Comunidad expandida, Urbanismo emergente, Escenarios de ciudad, Urbanismo Táctico
Horario: del martes 25 al jueves 27 de setiembre de 2012. De 15.30 a 21.30 horas
Inscripciones hasta el 15 de setiembre
Hashtag: #hackcity

Más información, becas y matrícula.

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Curso de experto en tecnologías emergentes: realidad aumentada | EMTEC

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Mañana martes día 12 tendrá lugar en la UEM (12:30-14:30h, Aula C333) una sesión de taller que está vinculada al Curso de Experto en Tecnologías Emergentes: Realidad Aumentada que comienza el próximo mes de noviembre y finaliza en mayo de 2013.

Tras presentar brevemente la incidencia del entorno aumentado de lo arquitectónico se iniciará un taller donde se utilizará la consola KINECT. Os dejamos el cartel:

Curso EMTEC

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Libros híbridos y realidad aumentada | DPR Barcelona

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Desde dpr-barcelona nos llega esa sugerente iniciativa de integración de lo físico y lo digital, un tema que nos interesa mucho en Ecosistema Urbano y que nos lleva desde el espacio público hasta el mundo de las publicaciones, como en este caso.

Realidad Aumentada aplicada a un libro en papel

From Line to Hyperreality, el último artículo de dpr en la revista Domus, es todo un experimento en ese sentido: al objeto físico que representa la edición en papel de la revista, han añadido una capa digital, inicialmente invisible, que puede ser desvelada mirando a través de un dispositivo móvil.

Como nos comenta Ethel Baraona:

Debido a los cambios que están ocurriendo en el mundo de las publicaciones, esta investigación se centra en cómo expandir y compartir contenidos e interactuar con ellos a través de diferentes formatos. Usando la Realidad Aumentada es posible expandir los contenidos de las ediciones en papel de libros y revistas, creando nuevas formas de leer, compartir y disfrutar sus contenidos.

Nos parece que esto abre un campo de trabajo e investigación enorme y todavía muy poco explorado, especialmente oportuno ahora que los medios tradicionales de publicación parecen tan alejados de los formatos y posibilidades ya habituales en la esfera digital.

A continuación os dejamos una muestra de la interacción que se produce entre el libro en papel y su capa digital:

Esta interacción es posible gracias al uso de Aurasma, una aplicación que combina el reconocimiento de imagen y una interpretación conceptual del mundo 3D para reconocer objetos e imágenes e integrar acciones de realidad aumentada en la escena.

Si os pica la curiosidad tanto como a nosotros, podéis instalar la aplicación desde Google Play para Android o la App Store para iPhone.

Podéis ver el artículo insertado a continuación o leerlo como entrada de blog en la web de Domus:

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Ciudades, procomún y narraciones colectivas

Category: ⚐ ES+espacio público+tecnologías

Bernardo Gutiérrez dirige la red internacional de innovación Futura Media, con sede en la ciudad brasileña de São Paulo. Futura Media busca puentes entre las redes sociales y el territorio. Incentiva la innovación multiplataforma, el diseño abierto y las nuevas narrativas. Twitter: @bernarsosampa y @futura_media

 

Fotos originales: Yersinia, Andrew Mason y Brisbane City Council en Flickr

Entre julio y noviembre de 2009, los estadounidenses Joshua Glenn y Rob Walker llevaron a cabo el proyecto Significant objects. El objetivo: probar que un objeto con una historia vale más que un objeto sin ella. Para el experimento invitaron a cien reconocidos escritores, Whitehead, Jonathan Lethem o Bruce Sterling entre ellos. Cada uno debía inventar una historia para un objeto viejo comprado en el portal eBay. El resultado fue contundente: las baratijas compradas en eBay por un total de 128,74 dólares fueron vendidas por un 3.612,51 dólares. El valor añadido de las historias fue donado posteriormente a causas sociales. ¿Cuánto cuestan unas mini botas de metal? 3 dólares. ¿Cuánto valen las botas si pertenecieron a unos soldados aventureros de Sicilia que se embarcaron en la Guerra Civil de Estados Unidos (historia inventada por Bruce Sterling)? 86 dólares. La narración de la epopeya, la emoción generada, cuestan 83 dólares.

Los significant objects de Rob Walker no sólo marcaron un punto de inflexión entre historias y objetos. Ampliando el ángulo, remezclando imaginarios, me atrevo a decir que los objetos+narraciones son una verdadera bomba para las ciudades del siglo XXI. sigue leyendo

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openarch | prototipo real de vivienda inteligente

Category: ⚐ ES+arquitectura+open culture+tecnologías

Tras meses de desarrollo y experimentación, recientemente se presentó al público el proyecto Openarch, una experiencia real sobre la integración de la tecnología en la vivienda, llevada a cabo por Thinkbig Factory

openarch

De acuerdo con los propios autores:

Openarch es un prototipo real de una vivienda inteligente. La primera vivienda diseñada desde el inicio para incorporar una capa digital que conecta la casa y sus elementos a Internet. Sus habitantes participan y se incorporan a una nueva vida conectada y digital. Es flexible y gracias a su capacidad de transformación se adapta  a cualquier condición que requiera el usuario.

La capa digital a la que a partir de ahora llamaremos D.OS (domestic operating system) incluye una serie de elementos que permiten a los usuarios estar conectados con cualquier persona o espacio, controlar los elementos de la casa mediante el movimiento del cuerpo, realizar conferencias desde la casa, conocer el consumo eléctrico en cada instante, activar cualquier electrodoméstico desde el trabajo, compartir en video y en directo las recetas de cocina con el resto del mundo, crear tu propio plató de TV en el salón, etc.

Openarch || FILM from Openarch on Vimeo.

La vivienda está diseñada para permitir la máxima capacidad de modificación y adaptación a las necesidades del usuario en tiempo real, como parte de un estilo de vida más dinámico y cambiante.

4 posiciones

Más allá de la domótica, incorpora desde su propia concepción varios sistemas que permiten al usuario interactuar no sólo con la vivienda sino con la ciudad, con otros usuarios y con la Internet de las cosas, todo a través de una interfaz integrada con los propios elementos arquitectónicos y los objetos cotidianos mediante sensores y sistemas de visualización proyectados.

CD / vinyl app

Weather app

De este proyecto nos gustaría destacar dos cosas:

Lo primero, que se trata de un claro ejemplo de la aplicación consecuente de los principios de la cultura abierta. Desde la transparencia del proceso, que ha sido comunicado por los desarrolladores en su blog, hasta el hecho de que ser un prototipo real, habitado durante el propio proceso de testeo: lo que podríamos llamar una obra arquitectónica en versión beta. Lo que vemos no son montajes digitales ilustrativos (perfectos e ideales pero irreales), sino fotografías y vídeos directos del sistema puesto en uso, con todas sus deficiencias y capacidades. Acostumbrados a ver terminar el trabajo de los arquitectos el mismo día en que la obra se pone en uso, es interesante encontrar proyectos en los que las pruebas, los errores, los aspectos a medio definir y las mejoras sucesivas se comunican con el mismo valor o más que el resultado final, y son puestos a prueba con su uso cotidiano.

El segundo aspecto más interesante es que, frente a proyectos de investigación y desarrollo similares emprendidos por grandes empresas y universidades en búsqueda de patentes comercializables, Openarch está basado en sistemas de hardware y software open source, empleando estándares abiertos y componentes que permitirían a cualquiera desarrollar su propia versión del sistema, ponerla a prueba, mejorarla y contribuir así directa o indirectamente al desarrollo del proyecto.

openarch

Os animamos a visitar la web y revisar detenidamente los contenidos explicativos que incluye, así como a seguir los avances del proyecto en sus siguientes fases de desarrollo.

Fuente: openarch.cc

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sentientID | La evolución natural de lo digital

Category: ⚐ ES+espacios sensibles | sentient city+tecnologías

Ha llegado la hora de presentaros SentientID. Un proyecto de investigación y desarrollo que pretende definir los procesos y las herramientas que nos permitan contextualizar en el espacio físico y  gestionar en tiempo real la Identidad Digital.

SentientID es un proyecto iniciado y coordinado por Domenico Di Siena (@urbanohumano). Su punto de partida es el concepto de Sentient Identity,  es decir  la conexión definitiva entre la información que circula en la capa digital y lo que ocurre en tiempo real en el espacio físico;  el uso del móvil como dispositivo de conexión entre las personas, los dispositivos y los sensores activos en un entorno especifico (Internet of things).

El proyecto  promueve un modelo integrado de gestión y control de la Identidad Digital en el ámbito de la denominada Sociedad Híbrida. continue reading