Una lámpara barata y sostenible que funciona gracias a un peso, como un reloj de péndulo de los de antes, convirtiendo fuerza de la gravedad en luz. Esa es la propuesta de deciwatt.org, presentada el año pasado en IndieGoGo para su financiación colectiva.
La lámpara, equipada una luz LEDs de alto rendimiento, funciona gracias a un pequeño generador interno que convierte el lento movimiento de una cinta en electricidad de bajo voltaje.
Uno de los grandes conceptos tras este diseño es el aporte de energía de forma manual, sin requerir más instalaciones, y puntual, sin la necesidad de una acción continuada por parte del usuario. El esfuerzo para mantener el sistema funcionando es más que razonable: con el par de segundos que tardas en subir la pesa, tienes media hora de luz. La transformación de la energía es directa, sin baterías contaminantes que se puedan deteriorar y que haya que sustituir.
El diseño está pensado para hogares con pocos medios, de modo que tiene como premisas principales:
- Ser asequible. El diseño está pensado para ser muy económico (menos de $5) y la campaña proponía donar la primera remesa de lámparas a familias de África y Asia para que las usaran en condiciones reales.
- Proporcionar un nivel de iluminación muy básico, similar al de una llama de queroseno, a la que intenta sustituir. Esto permite disminuir los requerimientos técnicos y energéticos del producto.
- No requerir más energía que la que pueda aportar mecánicamente cualquier persona, evitando el consumo de combustibles e incluso de energías renovables que requieran caras instalaciones con cables, baterías, transformadores, etc.
El diseño incluye unos bornes a los que se pueden conectar un par de lámparas auxiliares para distribuir mejor la luz.
Como curiosidad, durante el desarrollo han pulido pequeños detalles que convierten una buena idea en algo realmente funcional. Por ejemplo, los sacos de lastre cuelgan de la cinta por un lateral, de forma que apoyen el suelo ligeramente laeados y luego vayan cayendo lentamente de lado. De ese modo la luz no se apaga bruscamente al acabarse la “cuerda” sino que se va desvaneciendo a lo largo de un minuto, dando tiempo a acercarse y volverla a subir.
Lo interesante es que el éxito del proyecto se debe al enfoque de diseño “de mínimos” adoptado por sus creadores: toda la viabilidad económica y técnica de la lámpara es posible porque han sido modestamente prácticos en sus objetivos. La vocación del proyecto no era tener una fuente de luz potente y de alta tecnología funcionando por gravedad, sino tener una luz pequeña y muy asequible que pueda ser adoptada en millones de hogares de todo el mundo.
La GravityLight podría lograr durante las horas nocturnas lo que miles de botellas llenas de agua turbia están ya logrando durante el día en miles de viviendas infrailuminadas del mundo: proporcionar una fuente de luz modesta, barata, sostenible y autónoma.
GravityLight, camapaña en IndieGoGo
Fotos de las pruebas de campo de la GravityLight