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Smart… ¿qué? Tecnología y ciudad en las jornadas #CityFollowers 4

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Jornada #CityFolowers #4 - Tecnología y ciudad

¿A qué nos referimos cuando añadimos el término “smart” a la ciudad? ¿Qué es lo que puede aportar la tecnología a la gestión del desarrollo urbano? ¿Cuánto podemos confiar a los sistemas y los datos, y cuánto a las personas? ¿Cuáles son los “para qués” y los “cómos” necesarios tras la tecnología?

Estas son algunas de las preguntas que motivan la organización de las próximas jornadas de debate de la serie #cityfollowers, el próximo martes 27 de junio a las 18:30h en la Universidad Camilo José Cela, en la que participarán destacados expertos en el tema y en las que el objetivo último es expandir el debate y revisar las cuestiones más relevantes del momento en torno al tema.
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Espacios de coworking en red para la regeneración del territorio

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Desde la apertura de Citizen Space en 2006 en San Francisco, el número de espacios de coworking se duplica cada año. Un estudio de Deskwanted demuestra que Europa cuenta con más lugares de trabajo compartidos en el mundo, número que asciende, en 2013, a 1.160 de un total de 2.500. El fenómeno de los coworking spaces emergió en los movimientos de lo “libre” (open innovation, hacking, open source, open data, etc.) y en la cultura urbana y digital (Douheihi, 2011; Anderson, 2012). Cabe señalar que está relacionado con el aumento continuo del número de trabajadores autónomos. Entre 2006 y 2011, según el INSEE (Instituto nacional de estadística y de estudios económicos), aumentó un 26 % en Francia, lo que representaba, a finales de 2011, un 2,8 millones de personas.

1. El coworking en una red de espacios urbanos y rurales

Observamos un hecho notable en los últimos años : los espacios de coworking, inicialmente de carácter urbano, empiezan a desarrollarse también en los territorios periurbanos y rurales. Solamente en Francia y desde el 2012, observamos la creación exponencial de coworking rurales en las regiones del Perche, del Verdon, la Orne, el Alto Jura (Morez), la Ardèche meridional (Saint-Etienne de Boulogne), y en Aquitania, en Mont de Marsan, Hagetmau, Mimizan o Captieux. Colectivos como Coop Connect en la región PACA o La Coopérative des Tiers Lieux en Aquitania, intentan crear redes para conectar estos espacios y profesionalizarlos. Por su parte, Grand Genève (área metropolitana de Ginebra) trabaja en elaborar lo que sería la “primera red mallada de espacios de trabajo compartidos en el mundo”. Un estudio reciente de las consultorías Ocalia y Sofies prevé la creación, para 2025, de más de 200 nuevos espacios de co-trabajo en el territorio del Grand Genève, con 7.000 puestos de trabajo para 35.000 clientes potenciales.

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Este trabajo de entramado de espacios a escala de los territorios rurales y urbanos responde ante todo a una cuestión de sostenibilidad. Se trata de disminuir los desplazamientos domicilio-trabajo, a fin de reducir las emisiones de C02 y aumentar la calidad de vida de los autónomos y asalariados. El estudio sobre el Grand Genève ha demostrado que la creación de 200 espacios de coworking conllevaría reducir del 6% los desplazamientos en la población, o sea casi 12 millones de desplazamientos anuales.

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El programa europeo “Coworking Pyrénées”.

Esta apuesta por la sostenibilidad es también central en las preocupaciones de un gran proyecto transfronterizo, Coworking Pyrénées, que pretende poner en red espacios de coworking. Este programa europeo reúne cuatro socios franco-españoles : el SMALCT – Syndicat Mixte Arize-Lèze de Coopération Transfrontalière, La Coopérative des Tiers-Lieux y dos organismos de formación profesional españoles, el Centro de Formación Somorrostro y el Fondo Formación Euskadi. Debe permitir capitalizar y valorar los recursos y las competencias de más de 200 espacios de coworking pirenaicos, localizados en grandes áreas urbanas como Barcelona o Tolosa o en espacios rurales. Para ello, Coworking Pyrénées está sólidamente fundamentado en redes existentes como Cowocat Rural, Pandorahub, Xarxa d’Espais de Coworking del Camp o la Coopérative des Tiers Lieux.

Coworking Pyrénées (Cowopy) inició hace un año una serie de estudios y jornadas de intercambios. Abarcan diversos temas: la formación de los trabajadores, las puestas y condiciones del desarrollo de los coworking rurales, las perspectivas de intercambio entre universidades y espacios de coworking, y las oportunidades de cooperación transfronterizas. Más allá de la problemática medioambiental, la red Cowopy tiene una visión global del desarrollo territorial que radica en hipótesis ambiciosas. Se centran más en su capacidad de innovación y puesta en valor de sus “ventajas diferenciales” (Courlet et Pecqueur, 2013), que en la competitividad y la productividad de los territorios.

2. Recursos y ” ventajas diferenciales” de los territorios

El proyecto Cowopy defiende una visión dinámica de los territorios, que ya no son percibidos como un almacén de recursos estáticos. Se trata en realidad de revelar estos recursos latentes (Colletis y Pecqueur, 2005), sirviéndose del potencial de los espacios de coworking. Desde el punto de vista de los territorios rurales y periurbanos, los lugares de trabajo compartidos desempeñan un papel central a la hora de retener e incluso atraer talentos, trabajadores independientes, startups de sectores innovadores, así como teletrabajadores regulares, ocasionales o nómadas. En estos espacios, encuentran servicios mutualizados, conexiones de muy alta velocidad, redes y un conjunto de informaciones tácitas que resultan determinantes en el ejercicio de su actividad.

Por otra parte, estos espacios asumen una función clave de movilización de los recursos de los territorios. La organización periódica de acontecimientos como los co-lunchs, sesiones de presentación de proyectos, barcamps o talleres, permite a las fuerzas vivas del territorio encontrarse e intercambiar competencias, ideas y saberes. Un reciente estudio de la Cooperative des Tiers Lieux ha demostrado que se organizaron más de 1.000 eventos en terceros lugares1 de Aquitania desde el año 2010.

En cuanto al mantenimiento de esta efervescencia, necesita una “gobernanza creativa” (Cordobès y Ducret, 2010): una mirada sistémica sobre los recursos territoriales, la conexión entre actores de diversas disciplinas, y un interés continuo por la innovación.

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Taller de creatividad de la red Cowopy en Anglet (fuente: Jérome Bélon // PEPS-Images.com)

Por último, la articulación en redes permite a cada espacio identificar sus “ventajas diferenciales”. En tal contexto, se trata menos de posicionarse sobre determinado sector, que de permitir el acceso a una temática que especifica y sitúa la vocación del territorio. Una de las plusvalías esenciales de lugares de trabajo compartido radica en su capacidad de organizar lo multiescalar, la interterritorialidad, e hibridar los sectores de actividad de los territorios a fin de revelar sus especificidades. De esa manera, los espacios de coworking no diferencian entre economías productivas, culturales o residenciales, convirtiéndose así en herramientas muy interesantes en la constitución de “sistemas productivo-residenciales”, como los denominan los economistas Laurent Davezies y Magali Talandier.

3. La difusión y la hibridación de los conocimientos

El tercer campo investido por la red Cowopy se refiere a la formación, la difusión y la hibridación de los conocimientos. Recientemente se lanzó un programa piloto para crear una plataforma digital de formación a distancia de teletrabajadores y gerentes de coworkings. Una encuesta permitió la identificación de sus necesidades de formación, en cuanto a gestión de proyectos, mediación o comunicación (ver presentación).

Más allá de este proyecto, la red Cowopy se interesa por las oportunidades de colaboración entre los espacios de coworking y las universidades. El procedimiento consiste en apoyarse en la red de terceros lugares1 pirenaicos para asegurar una difusión del saber universitario en los espacios rurales y periurbanos, así como un mejor anclaje territorial de las universidades. Otro objetivo es la hibridación de los conocimientos teóricos con los conocimientos vivos y tácitos producidos en estos espacios (Besson, 2015); con vistas al desarrollo de nuevos modelos de aprendizaje colectivo y la inserción del saber universitario en las problemáticas socioeconómicas y territoriales (Llorente, 2012).

Taller de creatividad de la red Cowopy en Valls (España).

Taller de creatividad de la red Cowopy en Valls (España)

Desde este punto de vista, la red Cowopy ya puede apoyarse en experiencias significativas. Así ocurre, por ejemplo, con la creación de un espacio de coworking en la facultad de economía de la universidad de Barcelona. Este espacio ha permitido apoyar a una treintena de proyectos coproducidos por los estudiantes de la facultad. Estos proyectos pertenecen a ámbitos tan diversos como la gastronomía, el deporte, la impresión 3D, las aplicaciones móviles, los comercios de proximidad o las nuevas tecnologías aplicadas al aprendizaje de idiomas. El otro interés de este espacio de coworking reside en su relación en red con otros espacios de coworking nacionales e internacionales, que acogen a los estudiantes barceloneses. Défi Locacitées otro proyecto, desarrollado en un espacio de Tolosa, Le Multiple. Su objetivo es la promoción de la cultura colaborativa y multidisciplinaria entre los estudiantes de las universidades y escuelas de la región Midi-Pyrénées. Consiste en un ciclo de encuentros, talleres y experimentaciones en Tolosa.

Conclusión

La creación y el desarollo de redes de espacios de coworking a escala de territorios rurales, urbanos o transfronterizos abre nuevas perspectivas para las políticas de desarrollo territorial. Tales experiencias replantean la organización de los desplazamientos, de los servicios y la separación rígida y funcional de los lugares de trabajo. Proponen bases sólidas para pensar “sistemas productivo-residenciales”, basados en la valorización de las “ventajas diferenciales” y en los recursos locales. Estimulan a que se organicen la difusión y la hibridación de los conocimientos en los territorios, bien sean teóricos, codificados, tácitos, experimentales o procedentes de intercambios informales entre las redes de coworkers. Tales políticas de red de los espacios de coworking tienen incógnitas pendientes en relación con la evolución de las realidades del territorio; estas estrategias se basan en hipótesis, especialmente desde el punto de vista de su impacto socioeconómico y medioambiental, que todavía han de ser verificadas.

Notas

1. Nota de traducción: “Tercer lugar” es una traducción directa de “tiers-lieu” (en inglés, “third place“), término referido en general a entornos sociales diferentes de la vivienda (primer entorno) o la oficina (segundo entorno) y usado concretamente en Francia para referirse a nuevos espacios de trabajo como coworkings, fab labs, living labs o hackerspaces. No confundir con el “tercer entorno” de Javier Echeverría.

Bibliografía

Anderson, C. 2012. Makers: the new industrial revolution, New York : Crown Business.
Besson, R. 2015. « Espaces de coworking : nouveaux lieux d’apprentissage du capitalisme cognitif ? », Echosciences. http://www.echosciences-grenoble.fr/actualites/espaces-de-coworking-nouveaux-lieux-dapprentissage-du-capitalisme-cognitif
Colletis, G. et Pecqueur, B. 2005. « Révélation de ressources spécifiques et coordination située », Économie et Institutions, 1er et 2nd semestres, p. 51-74.
Cordobès S. et Ducret R., 2010, « Le “territoire créatif” : nouveau modèle ou utopie ? », in Conseil d’analyse économique, Créativité et innovation dans les territoires, La Documentation française, p. 327-351.
Courlet, C. et Pecqueur, B. 2013. L’économie territoriale, Grenoble : PUG.
Davezies, L. et Talandier, M. 2014. L’émergence des systèmes productivo-résidentiels. Territoires productifs – Territoires résidentiels : quelles interactions ?, La documentation française, Datar, coll. Travaux, n° 19.
Douheihi, M. 2011. Pour un humanisme numérique, Paris : Seuil.
Llorente, C. 2012. Coworking. Compartir para crecer, Omneom

Raphaël Besson

Experto en socio-economía urbana y doctor en urbanismo, Raphaël Besson es director de la Agencia “Villes Innovations” (Madrid, Grenoble). Villes Innovations es una agencia especializada en los temas de la ciudad innovadora y creativa, con un enfoque pluridisciplinar (investigación, consultoría estratégica, conferencias y enseñanza, centro de recursos). Asociado al laboratorio Pacte (Universidad de Grenoble), sus investigaciones se centran en el desarrollo económico de los territorios, los sistemas de innovación abierta y la cuestión de las ciudades innovadoras y creativas. En su trabajo de tesis, ha elaborado la noción de Sistemas Urbanos Cognitivos, a través del estudio de grandes proyectos urbanos localizados en Buenos Aires, Barcelona y Grenoble. Por supuesto, en sus investigaciones, Raphaël Besson es atento a la durabilidad de los modelos de desarrollo local.

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Creatividad | Puesta en perspectiva histórica de las Ciudades Creativas

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Investigador en el Laboratorio PACTE (Grenoble) y Director de la agencia Villes Innovations (Madrid, Grenoble), Raphaël Besson propone una puesta en perspectiva histórica de las ciudades creativas.

INTRODUCCIÓN

Desde mediados de los años 1990, la ciudad creativa polariza los debates sobre los lugares de saber y de innovación. Ya sean Nueva York, Chicago, París, Londres, Barcelona o Berlín, queda claro : la ciudad del futuro será esencialmente innovadora. Este fenómeno no se limita a los países europeos y de Norteamérica ; es particularmente masivo en Asia (Shangaï, Beijing, Bangalore) y en el Cercano Oriente (Dubai Smart City, Masdar). En Latinoamérica, adquiere una paulatina importancia, tal como lo demuestra el constante desarrollo de los distritos tecnológicos, del audiovisual y del diseño de Buenos Aires.

Para analizar estos fenómenos urbanos emergentes, los investigadores han producido una multitud de conceptos: ciudades creativas, ciudades inteligentes, smart cities, ciudades del saber, sistemas urbanos cognitivos (Besson, 2014), etc. Think tanks, Fundaciones y gabinetes de expertos fueron creados para proponer sus propios modelos y clasificaciones de las ciudades innovadoras y creativas. Frente a estas problemáticas, las instituciones públicas no quedaron mudas. Ya son numerosas las políticas públicas aplicadas a escala mundial (red de las ciudades creativas de la UNESCO), europea o nacional, con el reciente desarrollo de la estrategia “French Tech“.

Frente al desarrollo exponencial de las teorías y de las políticas públicas sobre el tema de las ciudades creativas, parece inevitable tomar la distancia necesaria e interrogar la historia. A través del análisis de diversos “lugares de saber ” que marcaron la historia (Jacob, 2007), pretendemos comprender las especificidades de los espacios de saber y de innovación contemporáneos (ciudades creativas, smart cities y Terceros Lugares).

LOS ESPACIOS DE SABER Y DE INNOVACIÓN A TRAVÉS DE LA HISTORIA. LA PREGNANCIA DE LA UTOPÍA INSULAR.

Desde la Antigüedad, las sociedades conciben espacios dedicados al conocimiento y a la innovación. Las bibliotecas de Alejandría o de Roma funcionaban como auténticos laboratorios. Allí es donde los sabios disponían de los instrumentos, colecciones, escritos de la Antigüedad griega y latina, así como los jardines zoológicos o botánicos necesarios a su trabajo. Estas bibliotecas desempeñaban un papel fundamental en la ideología universalista y la búsqueda de potencia de los Imperios. Si concentraban saberes procedentes del mundo entero, operaban esencialmente en un marco cerrado, bajo el control de los poderosos. Según el historiador Christian Jacob, la biblioteca de Alejandría no era ” un lugar abierto a todos los letrados y sabios del mundo entero (…), reservada a la élite admitida en el entorno más cercano del rey ” (Jacob, 2007). Hallamos pues esta idea de creación de espacios de saber y de innovación en la Edad Media, con la construcción de los monasterios. Su diseño se inspira ampliamente en el pensamiento teológico y en la utopía insular, que inducen un aislamiento de los investigadores y de los sabios del mundo exterior. La Verdad Absoluta debe transmitirse en toda autonomía en el seno del monasterio.

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Abbaye Notre Dame de Sénanque.

A partir del siglo XII, esta filosofía insular inspira la construcción de las Universidades. Efectivamente, el conjunto de las primeras Universidades adoptó la figura arquetípica del claustro : entre ellas, cabe citar las de Bolonia (1088), Oxford (1167), Salamanca (1218), Valladolid (1260), París (Sorbonne, 1257), etc. En aquél entonces disponían de edificios independientes, alejados de la ciudad o inscritos en ella, pero aislados por muros perimetrales. Entre ellos, un ejemplo emblemático es el Palacio de la Sapiencia en Roma, cuya construcción fue iniciada por Giacomo della Porta, antes de ser modificada por el arquitecto Borromini en 1632. Este Palacio del Saber contaba en su patio central con un recinto cerrado al resto de la Ciudad.

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Universidad de La Sorbonne.

Desde el Renacimiento, el desarrollo de los gabinetes de estudios se inscribe en esta perspectiva insular. La descripción del studiolo del Renacimiento italiano (siglos XV-XVI) por el historiador Celenza, revela una práctica ascética del saber, ampliamente inspirada por el monaquismo cristiano. Según él, el studiolo representaba “un lugar de retiro, un centro de archivos privados donde refugiarse para leer y reflexionar con tranquilidad” (Celenza, 2007). En la dinastía de los Ming (siglos XVI-XVII), el gabinete de estudios estaba aislado de la ciudad, más próximo a la naturaleza, y ceñido por muros protectores, “contra el mundo exterior y vulgar ” (Schneider, 2007). Así pues, en un tratado redactado entre 1631 y 1634, el arquitecto Ji Cheng aconsejaba que los gabinetes de estudio, sean concebidos “sin demasiadas aperturas : limpieza y claridad consolidan el espíritu, mientras que una apertura al exterior demasiado grande cansa la vista

Encontramos este mismo modelo de retiro místico en el desarrollo de los primeros laboratorios, que no escapan a una visión sacralizada de la investigación. En la Venecia del Renacimiento, la entrada del laboratorio es sagrada. Así pues se dice que “nadie puede penetrar en los laboratorios de química de la Ciudad sin comprometerse a quedarse allí para siempre” (Schaffer, 1999). Según la etnóloga Sofía Houdart, en realidad los primeros laboratorios eran “espacios privativos y cerrados” (Houdart, 2007). En cuanto a los que se dedican al trabajo de laboratorio, a menudo asocian sus tareas a las de los santos de la Cristiandad y sus talleres a piadosos retiros de meditación; así pues acceder al conocimiento parece significar acceder a Dios. Luis Pasteur compara los laboratorios a “templos del futuro“. André Loir, su fiel asistente, insiste en el hecho de que “la entrada del laboratorio, herméticamente cerrada a todos aquellos que eran de fuera, resulta sagrada” (Schaffer, 1999). Frente a la presencia de otros lugares de saber como las bibliotecas, jardines, observatorios o museos, el modelo de los laboratorios se impuso realmente a finales del siglo XIX. El número de laboratorios de química, física o de electricidad crece entonces en Europa y Estados Unidos. A este desarrollo exponencial corresponde una transformación de los gabinetes privados en laboratorios modernos, más accesibles y abiertos a los ingenieros e industriales.

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Un laboratorio francés en el siglo XIX.

A mediados del siglo XX, nuevos espacios de saber vuelven al leitmotiv de la insularidad. Tal es el caso de los campus universitarios, que se crean en lugares aislados y alejados de la emulación de las áreas urbanas. Ya sea en Chicago (universidad de Illinois de Walter Netsh), Berlín (Freie Universität de Candilis-Sosic-Woods), Bagdad (universidad realizada por Walter Gropius), o en Toronto (universidad de Scarborough concebida por John Andrews), los arquitectos-urbanistas organizan la vida universitaria de manera autosuficiente, fuera de las ciudades. De tal manera que la arquitectura de los campus se cierra, y se vuelve impermeable al mundo exterior. Según André Sauvage, se instalan progresivamente los denominados “campus monofuncionales”, que se caracterizan por “un entorno despojado, destinado a aquellos para quienes la cultura, el conocimiento debe ganarse no sólo por esfuerzos constantes, sino también renunciando diariamente a la ciudad ” (Sauvage, 1994)

El otro modelo que emerge en los años 60 es el de polo tecnológico, con algunos ejemplos emblemáticos como el de la Silicon Valley, la ZIRST de Meylan (rebautizada Inovallée) o el parque Sophia-Antipolis de Niza. Los polos tecnológicos se presentan como una zona simbólicamente cerrada, localizada en un espacio periurbano y organizado alrededor de centros de investigación, universidades y de PYMES dedicadas a las altas tecnologías, con una proximidad espacial destinada a asegurar un mecanismo de “fertilización cruzada”, propicia a la innovación. Evocaremos el modelo de las Ciudades científicas, desarrolladas en la URSS durante la Guerra Fría, bajo la influencia de los polos tecnológico. Los naoukograds eran secretos, aislados y cerrados por barreras superables hasta ciertos puestos de control. Estaban dotados de todas las funciones urbanas (espacios residenciales, cines, escuelas, tiendas, jardines de infancia…), así como de los recursos intelectuales y científicos excepcionales (centros de investigación dotados de los equipos más modernos, fábricas experimentales, universidades, polígonos de ensayos). Cada ciudad estaba situada sobre un sector tecnológico clave : electrónica, construcción aeronáutica, nuclear o industria aeroespacial. La existencia de los naoukograds, que rivalizaba con los centros tecnológicos y occidentales más grandes, ha sido revelada a rusos y al mundo entero sólo a mediados de los años 90 (Lappo, Polian, 2007).

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Freie Universität, Berlin.

Esta breve historia de los espacios de saber destaca una diversidad de formas, lugares y representaciones de los entornos más estimulantes en cuanto al conocimiento y la innovación. Esta heterogeneidad permite revisar en primer lugar que los espacios de saber no siempre se confundieron con el territorio de las ciudades ; también fueron pensados y construidos aparte o fuera de ellas (monasterios, gabinetes chinos de estudios, campus, polos tecnológicos) ; o en ciudades ya constituidas, tomando entonces la forma de cercados herméticos al resto de la ciudad (bibliotecas de la Antigüedad, universidades, laboratorios de investigación). A menudo, el desarrollo de los espacios de saber se hizo de manera autónoma y separada de sus territorios de anclaje. Con la hipótesis siguiente: el acceso al conocimiento implica separarse y extraerse de los tormentos de la vida social y urbana, y protegerse del mundo exterior. Cabe especificar que esta insularidad implicaba a la misma vez “hacer venir el mundo hacia sí mismo” (Houdart, 2007). Aquí radica una de las puestas esenciales de los lugares de saber, que procuraron concentrar el número más grande de colecciones, de escritos y los instrumentos necesarios para la inspiración y las experimentaciones.

Otra conclusión es que tales espacios de saber, permanecen estrechamente tributarios de una concepción en la que los procesos de innovación y de conocimiento incumben a una élite de investigadores y de creativos. En la Antigüedad o en la Edad Media, ciencias e innovaciones son la expresión de los hombres de Iglesia, de los sabios y catedráticos. Los modelos de los laboratorios de investigación, polos tecnológicos, campus universitarios, y más recientemente de clusters o polos de competitividad generan las innovaciones en las Universidades, los centros de investigación o las empresas. Estos modelos evocan muy superficialmente a los actores informales de la innovación, como los artistas, los habitantes ordinarios y los usuarios de las innovaciones.

LAS TRANSFORMACIONES CONTEMPORÁNEAS DE LOS ESPACIOS QUE SE DEDICAN AL CONOCIMIENTO Y A LA INNOVACIÓN. SMART CITIES Y CIUDADES CREATIVAS

Esta concepción de la investigación y de la creatividad es, hoy día, puesta en tela de juicio. El contexto de mutación de las economías y la importancia creciente de la economía y de las externalidades sociales o urbanas en los procesos de creación de valor (Boutang, 2008) tiene como consecuencia la transformación de nuestras representaciones de los espacios dedicados al saber. Asistimos a la emergencia de lugares nuevos, cuya especialidad es la producción de una innovación abierta y centrada sobre los usuarios. Los autores evocan las nociones de sistemas urbanos cognitivos (Besson 2014), de Terceros Lugares, de Living Labs y también de Fab Labs. Ahora bien, estos “nuevos y extraños espacios híbridos” (Veltz, 2010), transforman de manera fuerte nuestras representaciones tradicionales de los espacios del saber y la innovación.

Los espacios contemporáneos del saber propenden en concentrarse en el centro de las ciudades. El territorio metropolitano con sus líneas de investigación, sus universidades, sus centros de producción, su densidad, su diversidad social y funcional y sus diferentes amenidades, produce una serie de externalidades positivas esenciales para los procesos de innovación. Estas externalidades urbanas explican, en parte, la paradoja geográfica de las actividades de la nueva economía. Éstas, en vez de franquearse de las coacciones espaciales, tienden a concentrarse en los espacios urbanos de unas decenas o cientos de hectáreas, en distritos tecnológicos, cyber distritos, smarts cities o en barrios de las ciencias y de la innovación.

Dentro de esos espacios, la producción de conocimientos nuevos se concibe menos en los “lugares de retiro o refugios protectores” (Perroux, 1967) que en los espacios abiertos que podrían estimular los encuentros informales entre actores heterogéneos (investigadores, empresarios, artistas pero también usuarios de innovaciones). Esta dinámica de apertura y esta implicación de los actores informales en los procesos de producción de conocimientos debería permitir un ensanchamiento del perímetro de las miradas para, in fine, generar innovaciones más potentes y originales. Los arquitectos-urbanistas en carga de la concepción de estos lugares duplican de ingeniosidad para organizar espacios suficientemente densos, mixtos, lúdicos y modulables y así crear un ambiente creativo listo para liberar el imaginario y la innovación ascendente. Se observa particularmente una tendencia de abandono de despacho individual en beneficio de una combinación de despachos en espacios abiertos, de lugares que facilitan el trabajo en equipo para realizar proyectos, salas de reuniones y espacios de diversión.

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Espacio de coworking, Hub Madrid.

La tercera característica de los espacios contemporáneos que se dedican al conocimiento es que se concibe menos en lugares solemnes que en los espacios informales que se dedican a la vida comunitaria. Los espacios que se dedican al conocimiento se organizaban en torno a espacios nobles como la Biblioteca Central, el Gran Anfiteatro o el laboratorio de investigación. Ahora bien, se opera un desplazamiento muy marcado hacia todo lo que corresponde a la vida social: las cafeterías, los espacios públicos, los lugares para la restauración o para el ocio aparecen como lugares estratégicos para pensar los procesos creativos. Según el arquitecto Christian de Portzampac, “la innovación no se puede realizar en laboratorios separados del mundo. Tiene que hacerse en los lugares intermedios (…) en lugares abiertos al público”. Así se van construyendo nuevas representaciones de lugares de conocimiento y de innovaciones como lugares de vida lúdicos y de convivencia. Evoquemos el ejemplo de la sede social de Google en California, el Googleplex, del que André Gorz nos dice: “uno puede hacer las compra, dejar a sus hijos a la guardería o la de la empresa, dejar a sus ancianos a personal especializado. Uno pude practicar diversos deportes, meditar, dormir la siesta, ir a la peluquería, al dentista, almorzar, esculpir, pintar, etc. Las relaciones entre los colaboradores son cordiales e igualitarias y se prolungan “fuera del trabajo” (Gorz, 2004).

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Life in the Googleplex.

Uno de las puestas de Googleplex es reducir las inhibiciones vinculadas a una estructura jerárquica de trabajo que favorece así los intercambios informales, la circulación de conocimientos tácitos y por fin las dinámicas de innovaciones. En el seno de Googleplex, ya no existe pérdida de tiempo: “la vida entera forma parte del trabajo, el trabajo es la vida entera” (Gorz, 2004). Esta supresión progresiva de las fronteras entre tiempo de trabajo y tiempo libre, debe garantizar una “movilización total” de los creadores de Google (Gorz, 2004) : su inteligencia, su creatividad o para decirlo de otra forma su “fuerza de invención” (Negri, 2008).

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Coworking Zonaspace, St. Petersburg Russie.

Otra especificidad de los espacios contemporáneos del saber está vinculada con el estatuto del conocimiento, que es pensado menos “por si mismo” que en una perspectiva de creación de valor económico. Evocaremos en particular las declaraciones del director del Centro de innovación de Grenoble MINATEC, Jean-Charles Guibert : “el fin de todas las actividades iniciadas en MINATEC es la innovación. El objetivo no es investigar para investigar, sinó ayudar a nuestros campeones industriales a desarrollarse, a crear empleos y a ser actores del desarrollo económico local, nacional e internacional” (Guibert, 2011).

La última especificidad de los lugares de conocimiento contemporáneos es que tienden a transformar sus espacios en verdaderos laboratorios de experimentación y de puesta en escena de nuevas tecnologías. Es cierto que la integración de las innovaciones en la fabricación de las ciudades es un fenómeno antiguo. La construcción de Alexandría en 331 a.C, fue según Christian Jacob, una “construcción sabia en la que la geometría, las técnicas, la racionalidad urbanística desplegaron dispositivos innovadores” (Jacob, 2007). La concepción urbana de los arquitectos de principios del siglo XX como Raymond Hood, Le Corbusier o Franck Loyd Wright, estaba impregnada de innovaciones tecnológicas: la finura de las torres ponían en escena los nuevos materiales de construcción como el acero, el hormigón armado, los nuevos modos de transporte rápidos se valorizaban con la presencia de ascensores, de trenes metropolitanos, de automobiles, de máquinas volantes etc. Si bien es verdad que los avances técnicos siempre interesaron el desarrollo de las urbes, los espacios de innovación contemporáneos como las smart cities o los barrios tecnológicos no se conforman con integrar las últimas innovaciones. Intentan también ponerlas a prueba, evaluarlas ante los usuarios y los habitantes ellos mismos. En Barcelona, por ejemplo, el proyecto 22@Urban Lab, pone el barrio de Poble Nou a disposición de las empresas innovadoras para someter a un test en situación efectiva la realización y los usos de tecnologías puntas en fase de pre comercialización. Estas tecnologías interesan a los sectores de los desplazamientos (vehículos eléctricos, sistemas de detección de plazas de aparcamiento) o del medioambiente (sensores que optimizan la colecta de los residuos o sistemas de regadío, farolas equipadas de sensores de presencia, etc.).

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Media Tic Building (22@Barcelona).

CONCLUSIÓN

Desde los años 60, sociólogos, economistas e historiadores establecen un vínculo fuerte entre ciudades, conocimientos e innovaciones. Segun Le Goff, las ciudades desempeñaron históricamente un papel “de agente de civilización” (Le Goff, 1977), Jean Rémy compara las ciudades con “incubadoras de productos nuevos ” (Remy, 1966) ; en cuanto a Jane Jacobs, considera la diversidad social de las ciudades como principal fuente de innovación (Jacobs, 1969). El economista François Perroux piensa la ciudad como “una fábrica de ideas nuevas (…) el lugar de contactos frecuentes y densos, entre los espíritus inquietos que dibujan mundos nuevos sin parar” (Perroux, 1967).

Así pues este análisis del substrato urbano como espacio del saber y de la innovación no es nuevo. Nunca ha sido tan actual como estos últimos años, asociado al desarrollo de las estrategias de las ciudades creativas y smart cities. Los distritos tecnológicos, los Terceros Lugares, los barrios creativos así como la innovación, cuestionan los siglos de interpretación de los espacios de saber como los lugares aislados, cerrados y alejados del bullicio de la vida social. El conocimiento del mundo así como la creatividad solo parecían poder producirse por un aislamiento y un repliegue sobre sí, a la imagen de “Démosthène” “que se encerraba en un lugar de donde no pudo ni oír ni mirar, por temor a que sus ojos lo fuercen a pensar en otra cosa ” (Houdart, 2007).
Frente a siglos de historia de lugares protectores de saber del resto del mundo, parece legítimo interrogar la tendencia actual a sobre estimular los contactos, la apertura, las colaboraciones y los intercambios continuos de informaciones entre los trabajadores cognitivos. ¿ Los Terceros Lugares, smart cities así como “la intensificación de la estimulación nerviosa” que estos espacios inducen, realmente son los lugares más en condiciones de suscitar el conocimiento y la innovación? ¿ El desarrollo de la investigación y de la creatividad no necesitaría también lugares de retiro, y “refugios para los creadores científicos, técnicos y estéticos” (Perroux, 1967) ? De manera extraña las bibliotecas son ausentes de las reflexiones sobre la economía y la sociedad del conocimiento ; ¿ no serían, finalmente, los últimos “refugios protectores” para la investigación, y por consiguiente, lugares de saber que deben ser preservados de cualquier veleidad de transformarles en “labs” u otras “bibliotecas numéricas 2.0” ?

 

Bibliografía

Besson, R., 2014, « Capitalisme cognitif et modèles urbains en mutation », Territoire en mouvement, Revue de géographie et aménagement, n°23-24.
Boutang, Y-M, 2008, Le Capitalisme Cognitif : La Nouvelle Grande Transformation, Paris : Editions Amsterdam, coll. Multitude/Idées.
Celenza, C., S., 2007, Le studiolo à la Renaissance, in Lieux de savoir. Vol. 1. Espaces et communautés, Paris, Albin Michel, pp. 371-391.
Choay, F., Merlin, P., 2005, Dictionnaire de l’urbanisme et de l’aménagement, Paris : PUF.
Filâtre, D., 1994, Développement des Universités et Aménagement des Territoires Universitaires, Universités et villes, Dubet, F., Fillâtre, D., Merrien, F-X., Sauvage, A., Vince, A., Paris : L’Harmattan.
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Jacob, C., (2007), Alexandrie, IIIè siècle avant J.-C., in Lieux de savoir. Vol. 1. Espaces et communautés, Paris, Albin Michel, pp. 1120-1145.
Jacobs, J., 1961, The Death and Life of Great American Cities, New York : Random House.
Lappo G., Polian P., 2007, Naoukograds, les villes interdites, in Lieux de savoir. Vol. 1. Espaces et communautés, Paris, Albin Michel, pp. 1226-1250.
Le Goff, J, 1977, Pour un autre Moyen-Âge, Paris : Gallimard, coll. Tel.
Mandressi, R., 2007 , Espaces, institutions, artefacts, Figure des savoirs entre architectures et pratiques, in Lieux de savoir. Vol. 1. Espaces et communautés, Paris, Albin Michel, pp. 705-715.
Negri, T., 2008, La démocratie contre la rente, in Multitudes, n° 32, Paris : Editions Amsterdam, pp.127-134
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Schaffer, S., 1999, Un monde apprivoisé, Les Cahiers de Science & Vie, 1000 ans de sciences, IX-XIXè siècle, les premiers grands laboratoires, n°51.
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Veltz, P., 2010, L’Economie de la connaissance et ses territoires, Paris : Hermann.

 

Raphaël Besson

Experto en socio-economía urbana y doctor en urbanismo, Raphaël Besson es director de la Agencia “Villes Innovations” (Madrid, Grenoble). Villes Innovations es una agencia especializada en los temas de la ciudad innovadora y creativa, con un enfoque pluridisciplinario (investigación, consultoría estratégica, conferencias y enseñanza, centro de recursos). Asociado al laboratorio Pacte (Universidad de Grenoble), sus investigaciones se centran en el desarrollo económico de los territorios, los sistemas de innovación abierta y la cuestión de las ciudades innovadoras y creativas. En su trabajo de tesis, ha elaborado la noción de Sistemas Urbanos Cognitivos, a través del estudio de grandes proyectos urbanos localizados en Buenos Aires, Barcelona y Grenoble. Por supuesto, en sus investigaciones, Raphaël Besson es atento a la durabilidad de los modelos de desarrollo local.

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LA MOVIDA | Hacia una estructura itinerante de co-producción urbana

Category: ⚐ ES+arquitectura+ciudad+colaboraciones+creatividad+cultura abierta+tecnologías

Raphaël Besson (Villes Innovations) y el arquitecto Jesús Ágreda Ruano presentan “La Movida”, un proyecto desarrollado en el marco del Media Lab Prado (Madrid). El objetivo ? Democratizar la producción sea industrial, cultural, tecnológica o científica, gracias a una estructura itinerante de coproducción y de prototipaje rápido.

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Modelos de prefiguración de La Movida. Jesús Ágreda Ruano.

TECNOLOGÍAS, NUEVA ECONOMÍA E ITINERANCIA DE LOS SABERES

Tres fenómenos socio-económicos contemporáneos permiten afirmar que resulta sumamente urgente imaginar nuevos espacios híbridos e itinerantes, que permitan co-producir el procomún. Ambos primeros se refieren al fenómeno de aceleración de las innovaciones y al proceso de transformación de las economías, donde el conocimiento y la innovación abierta reemplazan los recursos naturales así como el trabajo físico, como herramientas de desarrollo económico (Von Hippel E., 1976, Foray, 2000 ; Howkins, 2001 ; Scott, 2006 ; Boutang, 2008).

El tercer fenómeno es vinculado a los dos primeros. Se refiere a la intensificación de las investigaciones sobre la itinerancia de los saberes (Meyer, Kaplan, Charum, 2001 ; Jacob, 2007). Estas investigaciones permiten a nuestras sociedades ser conscientes de los beneficios de la itinerancia, tanto en las dinámicas de aprendizaje como en los procesos de hibridación y de producción de conocimientos nuevos. Al contrario de la concentración masiva observada en los pasados siglos (museos, bibliotecas, campus universitarios, tecnópolis), el periodo contemporáneo se enmarca en una lógica más reticular y favorable a la apertura y a la difusión de conocimientos.

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Modelos de prefiguración de La Movida. Jesús Ágreda Ruano.

Pensar la coproducción de las ciudades y de los territorios

Estos fenómenos de mutación de las economías, de aceleración de las innovaciones y de difusión del conocimiento ejercen un impacto decisivo sobre la fábrica y el funcionamiento de las ciudades contemporáneas. Los ciudadanos confían en pasar a ser coautores de las respuestas urbanas a sus necesidades e aspiraciones. Desean formar parte de las reflexiones acerca de la sociedad del conocimiento y de la “ciudad tecnicizada”. No solo reclaman un derecho a la ciudad (Lefèvre, 1968), sino también un derecho a la infraestructura y a infraestructurar la ciudad (Corsín, 2014).

Frente a tales fenómenos contemporáneos, nos parece muy importante imaginar un proyecto como el de “La Movida”. Este proyecto permitirá acercar la sociedad civil local a las actividades de creación, de investigación y de producción industrial, urbana y tecnológica para pensar colectivamente el “procomún”.

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Modelos de prefiguración de La Movida. Jesús Ágreda Ruano.

EL CONCEPTO ESPACIAL Y LA METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN DE “LA MOVIDA”

Los grandes principios espaciales de “La Movida”

“La Movida” deberá proporcionar una respuesta rápida y efímera a aspiraciones, problemas y necesidades localizados, que estén situados en el centro de la ciudad, en sus afueras, en un centro comercial, un museo o en un espacio urbano en obra.

Para desarrollar y experimentar el concepto de “La Movida”, Madrid parece constituir un soporte privilegiado. Desde décadas, la capital española es cuna de corrientes como el movimiento cultural creativo de la Movida en los años 80 o el fenómeno más reciente de los Indignados.

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De la Movida madrileña a los movimientos de los « indignados » (Madrid, 2011, Flickr).

La ciudad cuenta con numerosos espacios abiertos de innovación y con la presencia de un centenar de espacios de co-working, así como lugares emblemáticos (Utopic_Us el Medialab Prado, Matadero o el Campo de la Cebada). Además, Madrid dispone de situaciones urbanas distintas e interesantes para localizar “La Movida”: espacios públicos centrales, suburbios, carreteras de circunvalación, descampados públicos, zonas comerciales y de ocio, espacios en obra (proyectos de rehabilitación urbana, urbanas fantasmas), parques urbanos, etc.

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Mapa de solares vacíos públicos de Madrid. Jesús Ágreda Ruano.

Más allá de las especificidades madrileñas, el diseño urbano y arquitectónico de “La Movida” será guiado por grandes principios :

• NÓMADA. “La Movida” será un espacio itinerante y nómada. En consecuencia, la estructura deberá ser fácil de llevar y construir (2 personas).

• MODULABLE. La estructura arquitectónica y espacial de “La Movida” será lo suficiente flexible y modulable como para adaptarse a la evolución de los proyectos.

• ECONÓMICO. Los costes de diseño, construcción, despliegue y repliegue de “La Movida” deberán ser escasos y optimizados.

• EFICIENCIA ENERGÉTICA. “La Movida” propondrá soluciones ejemplares en términos de eficiencia energética, medioambiental, estructural, constructiva y de producción (/ex. no necesitará electricidad durante la fase de construcción).

• PROYECTO EVENTO. El diseño urbano y arquitectónico de “La Movida” será artístico, espectacular y extraordinario, con el fin de provocar una situación urbana y social inédita e improbable. Es un “proyecto evento”.

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Las « Machines » de Nantes y el « Cloud Gate » en Chicago (« The Bean ») (Flickr, cc).

• DIMENSIÓN TECNOLÓGICA. La estructura arquitectónica externa de “La Movida” (fachada) deberá expresar las dimensiones digital y numérica del proyecto. Por ejemplo, una pantalla digital interactiva y contributiva podría componer la fachada externa de “La Movida”.

• ADAPTABLE A TOPOGRAFÍAS. La estructura arquitectónica deberá adaptarse a terrenos muy distintos y potencialmente muy irregulares.

• PROGRAMAS DIVERSIFICADOS. “La Movida” acogerá programas diversificados y complementarios. Un “espacio recurso” permitirá el acceso a diferentes contenidos (libros, revistas, vídeos) y al test de prototipos numéricos (dispositivos de realidad aumentada, obras interactivas visuales y sonoras, maquetas inmersivas). Otro espacio se dedicará a los seminarios, a los talleres de cocreatividad y de innovación abierta. Un último lugar se consagrará al prototipaje rápido. Se incluirán las herramientas de un taller tradicional y un conjunto de máquinas numéricas (fresadoras numéricas, impresoras 3D y máquinas de corte).

• REPRODUCIBLE. “La Movida” tiene que ser fácilmente repetible por personas ajenas. Talleres de autoconstrucción serán programados en “La Movida”.

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Imágenes de prefiguración de “La Movida”. Jesús Ágreda Ruano

Los nuevos criterios precitados serán discriminantes en el diseño de “La Movida”. Según estos requisitos, estudiamos distintas formas arquitectónicas nómadas (esfera, carpa, construcción de madera, caravana, etc.) para identificar la solución idónea. Enseguida nos ha parecido evidente que ninguna estructura respondía a nuestros criterios, y que era necesario imaginar una nueva arquitectura nómada.

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The space Buster (Flickr) ; Wikouse making at MAKlab (Flickr) ; Fab Lab House, Barcelona (Flickr) ; Le chapiteau des Colporteurs pour leur spectacle Le Bal des Intouchables (Flickr) ; Maximus Minimus food truck Seattle Washington (wikimedia) ; Yourte de l’Atelier Arts Sciences (Grenoble) ; Habitat 67, Montréal, assemble de containers (wikimedia, CC).

La metodología ¡ de la idea al prototipo en 3 semanas!

El objetivo de las experimentaciones de “La Movida” es facilitar la emergencia de ideas de renovación o desarrollo urbano, cuya pertinencia será experimentada al final de tres semanas de trabajo por el entorno del prototipaje y del test por los habitantes en los espacios públicos. La metodología escogida se enmarcará en la cocreación y la innovación abierta. Un equipo pluridisciplinario (formado por habitantes, artistas, diseñadores, desarrolladores, investigadores, urbanistas, ingenieros, etc.) animado por un “Fab Manager” y mediadores, deberá, en un tiempo bastante corto, formular una respuesta a la problemática de un barrio, de un espacio público de Madrid, de un proyecto de desarrollo cultural, etc., antes de confrontarla con la realidad de su aplicación. Esta operación se realizará mediante la inmersión de los participantes en un contexto urbano madrileño, que, por un tiempo, se transformará en el laboratorio en el cual nacerán, se construirán y se probarán las ideas. La ubicación de “La Movida” en un espacio dado permitirá a los participantes impregnarse del “genio de los lugares”, para que surjan invenciones, se reoriente, se recomponga o reordene la realidad urbana.

El objetivo de esta metodología es acompañar y guiar a los participantes a lo largo de la experimentación. Está asociado con objetivos precisos, destinados a ayudar los equipos en su progreso hacia la formalización de un dispositivo urbano. Esta metodología se desarrolla en ocho etapas:

• La constitución de un grupo de voluntarios heterogéneos.

• La inmersión urbana, territorial en la problemática de un barrio (cuestiones sociales, urbanas, económicas y medioambientales, de movilidad, de uso, etc.), de un espacio público con un proyecto de investigación, de desarrollo cultural, de desarrollo económico, o de un prototipo tecnológico. También contará con un tiempo de observación libre del barrio en forma de reportaje foto, vídeo, dibujos, etc.

• La inmersión tecnológica y numérica en “La Movida”: test de soluciones, de prototipos numéricos y expuestos de conceptos nuevos.

• Sesión de cocreatividad. Brainstorming, workshops, dibujos, juegos, barcamps, post-its, mapas mentales, etc.

• Guión. Escritura de un “pitch” (historia condensada) para ilustrar la experiencia que el equipo querrá hacer vivir entre los habitantes.

• Prototipage del guión. La idea es realizar, con los medios a disposición en “La Movida”, un prototipo operacional del proyecto elaborado en grupo, con la ayuda de dos diseñadores y mediadores.

• Prueba, evaluación y debate en tamaño real, de dispositivos numéricos instalados en el espacio público de ciertos barrios de Madrid.

• Los resultados. Restituciones públicas de los resultados de la experiencia.

El modelo económico de “La Movida”

El modelo económico de “La Movida” será híbrido y contará con distintas fuentes de financiación: subvenciones públicas, mecenazgo y fundaciones privadas, alquileres, consultorio, adhesiones, crowdfunding, etc.

EL CONCEPTO ARQUITECTÓNICO DE LA MOVIDA

El sistema arquitectónico y productivo de la Movida se funda en conceptos que, asociados, generan un nuevo ente. Algunos se depositan claramente en agentes que nos resultan muy familiares:
• EL CIRCO: nos interesa que sea un sistema nómada, asentado en espacio público no desarrollado, que aglutina a una serie de agentes muy heterogéneos y autónomos.

• EL DESCAMPADO: es el comodín del barrio, acoge una serie de usos extra que se solapan en el tiempo. Como plano, los distintos entes físicos que se sitúan sobre él, árboles, arbustos, charcos, restos de mobiliario, zonas asfaltadas… sirven de polos organizadores del espacio.

• RUTA DE LA SEDA: Este sistema comercial transcendió lo meramente económico y se convirtió en un potente intercambiador de cultura, productos manufacturados y arquitecturas.

• PLAYGROUND la PLAZA PÚBLICA: La actitud hacia uno mismo y hacia los demás, en cualquier ámbito, genera fuerzas que territorializan el espacio, se genera una geografía humana.

• CUEVA RUPESTRE-PINTURA: la actividad humana sobre las cavernas dejaron impreso un amplio muestrario de seres, rituales, actividades y creencias, que constituyen la base del conocimiento, punto de partida para la visualización de sus procesos ancestrales. Procesos transmitidos.

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Evolución del sistema constructivo de “La Movida”. Jesús Ágreda Ruano.

Constructivamente esta fábrica móvil es la suma de una estructura-encofrado y unas envolventes tecnológicas. El conjunto nómada se genera a partir de unidades estructurales formadas por tres arcos unidos mediante unos mecanismos, que nos permiten desplegar y fijar la posición relativa de los mismos. Una estructura secundaria compuesta por tensores rígidos y tejidos conformadores se traba a los distintos arcos formando la envolvente estructural de todo el espacio. A partir de este momento y definida la forma primaria una serie de aditivos-envolvente se suman para dotar de habitabilidad al espacio, mostrar la actividad interna y servir de herramienta tecnológica a los usuarios.

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Evolución del sistema constructivo de “La Movida”. Jesús Ágreda Ruano.

Envolvente procesador

Está formada por una serie de sucesivas capas que contienen información, datos en la superficie que dejan antiguos ciudadanos en anteriores solares de procesos y actividades vecinales y que nos transmiten como documentos de tecnología avanzada para nuestros procesos. Debe permitir también la existencia de pequeñas herramientas mecánicas para el corte, el envasado…para la manipulación de productos.

Envolvente bioclimática

El confort humano es el principal objetivo de los componentes de esta piel. Conocen el Medio y deben interpretarlo para que la temperatura en el interior siempre sea la adecuada y este en las condiciones de estanqueidad.

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Imágenes de referencias. Frei Otto (Flickr), Theo Jansen (wikimedia commons), Institute for Advanced Architecture of Catalonia (Heliocell).

LA REALIZACIÓN DE UN PRIMER PROTOTIPO !

Todos estos componentes y el concepto general han sido desarrollados en el Medialab Prado Madrid dentro del Taller “Madrid Laboratorio Urbano” pero el recorrido de este sistema es amplio y necesita de espacios que nos permitan completar el diseño de la construcción definitiva, que esponsoricen los materiales y de lugares donde plantear las primeras situaciones de transformación de la realidad productiva de las ciudades.

El proyecto de “La Movida” se basa en los principios de la innovación abierta, con lo cual no es un producto ; por lo contrario, su vocación es transformarse a lo largo de los encuentros. Así pues estamos dispuestos a recibir propuestas colaborativas que permitan enriquecer, desarrollar y testar el concepto de la Movida : ayuda a la construcción de una primera estructura operacional, propuesta, de campos de experimentación de “La Movida”, préstamos o donaciones de materias textiles dedicadas a la construcción ; propuestas de seminarios que permitan iniciar un debate en cuanto a la incidencia teórica de “La Movida”, etc.

 

Bibliografía

Boutang Y.M (2008), Le Capitalisme Cognitif : La Nouvelle Grande Transformation, Multitude/Idées, Editions Amsterdam.

Charum J., Kaplan D., Meyer J-B., (2001), Nomadisme des scientifiques et nouvelle géopolitique du savoir, Revue Internationale des Sciences Sociales (RISS), n°168, pp 341-354.

Corsín Jiménez, Alberto (2014). ‘The right to infrastructure: a prototype for open-source urbanism’. Environment and Planning D: Society and Space, 32 (2), 342-362

Foray D. (2000), L’économie de la connaissance, Paris : La Découverte.

Howkins J. (2001), The Creative Economy : How People Make Money from Ideas, Londres : Allen Lane.

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Lefèvre H., (1968), Le droit à la ville, Paris, Editions Anthropos.

Scott A.J. (2006), « Les ressorts des villes créatives : Quelles leçons en tirer pour les décideurs », Examens territoriaux de l’OCDE, Villes, compétitivité et mondialisation, OCDE, pp.261-272.

Von Hippel E. (1976), The dominant role of users in the scientific instrument innovation process. Research Policy, 5(3), 212-239.

 

Raphaël Besson

Experto en socio-economía urbana y doctor en urbanismo, Raphaël Besson es director de la Agencia “Villes Innovations” (Madrid, Grenoble). Villes Innovations es una agencia especializada en los temas de la ciudad innovadora y creativa, con un enfoque pluridisciplinario (investigación, consultoría estratégica, conferencias y enseñanza, centro de recursos). Asociado al laboratorio Pacte (Universidad de Grenoble), sus investigaciones se centran en el desarrollo económico de los territorios, los sistemas de innovación abierta y la cuestión de las ciudades innovadoras y creativas. En su trabajo de tesis, ha elaborado la noción de Sistemas Urbanos Cognitivos, a través del estudio de grandes proyectos urbanos localizados en Buenos Aires, Barcelona y Grenoble. Por supuesto, en sus investigaciones, Raphaël Besson es atento a la durabilidad de los modelos de desarrollo local.

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Una guía aumentada para recorrer la ciudad en bicicleta | BikeLine al detalle

Category: ⚐ ES+movilidad+tecnologías+urban social design

Ir en bici, en un mundo de coches, es para locos o valientes. ¿O no? - Foto por Elvert Barnes

Ir en bici, en un mundo de coches, es para locos o valientes. ¿O no? – Foto por Elvert Barnes – clic para ver original

¿Cómo podemos impulsar el uso de la bicicleta en la ciudad? Esta cuestión se ha abordado de muchas maneras distintas, generalmente desde la mejora de las infraestructuras, la regulación, la seguridad y la educación. Sin embargo, echamos en falta proyectos que, a escala de ciudad, trabajen directamente por hacer el ciclismo urbano más visible y tan atractivo como puede llegar a ser, mostrando la bicicleta como un modo de moverse por la ciudad económico, versátil y flexible, ágil o tranquilo según queramos, con la posibilidad inmediata de parar a hablar con alguien conocido o hacer la compra el comercio local…

La agilidad de la bicicleta: parar a hacer un recado en cualquier punto de tu camino - Foto por acme08 en Flickr

La agilidad de la bicicleta: parar a hacer un recado en cualquier punto de tu camino – Foto por acme08 – clic para ver original

En ese sentido, el factor cool que la bicicleta está adquiriendo últimamente está ayudando, más que muchos planes de movilidad, a sacarla del nicho del activismo y normalizarla a nivel cultural, como parte de un estilo de vida.

Sin embargo, ¿se puede hacer algo más? ¿Podemos aunar todos esos esfuerzos bajo una propuesta integradora y llegar un poco más allá?

Mejorado la “experiencia de usuario”

Recuerdo mi primera y alocada incursión en bicicleta al centro de Madrid. Tras diez años pedaleando a diario por una ciudad como Alicante, más pequeña pero casi igual de salvaje en cuanto a tráfico, me sentía más que preparado para ello. Dado mi escaso conocimiento de la ciudad, y con el fin de evitar perderme demasiado, decidí seguir las calles conocidas, que venían a ser las que cualquier turista conoce, o las que destacan más sobre el plano.

Así fue como me encontré pedaleando, a todo lo que me daban las piernas, por el carril central de la Gran Vía, cuesta arriba, en hora punta, con taxis y autobuses rugiendo por la derecha y el resto de coches presionándome por todos lados. Ni que decir tiene que me batí en retirada por el tercer paso de cebra con el que me crucé, y en adelante me pensé mejor la ruta a seguir. No quería repetir aquel error, pero tenía por delante una pregunta por responder: ¿Cómo se mueve uno por esta ciudad?

Disculpe, ¿cómo... ? - Foto por Marc van Woudenberg

Disculpe, ¿cómo… ? – foto por Marc van Woudenberg – clic para ver original

Da igual que tengas años de experiencia sobre dos ruedas o que te acabes de lanzar, animado por alguna de las muchas bondades de la bici urbana: cada ciudad desconocida supone comenzar de nuevo. Todas se diferencian por el tipo de tráfico, su configuración, su orografía o su cultura.

Sin embargo, por distintas que sean, todas las ciudades tienen algo en común, y es que según cómo las recorras, pueden convertirse en una pesadilla o en un placentero paseo. De nuevo, la pregunta: ¿Cómo se mueve uno por esta ciudad?

El problema de las rutas ciclistas

La primera respuesta es evidente: siguiendo rutas ciclistas, generalmente compuestas por una combinación más o menos inconexa de carriles bici, ciclocalles y otras soluciones. Sin embargo, esas rutas pueden ser escasas y difíciles de hallar, e incluso el encuentro con una de ellas es una experiencia confusa. ¿Cómo sabes si te va a llevar a donde tú quieres? ¿Y si tiene puntos peligrosos o discontinuidades? ¿Es una ruta realmente pensada para vivir la ciudad desde la bici o un apaño que no me va a ayudar nada?

El terror del ciclista urbano: carril bici a ninguna parte - foto por José María Mateo

El terror del ciclista urbano: carril bici a ninguna parte – foto por José María Mateo – clic para ver original

El problema, algo menor, de los planos

La segunda respuesta es igual de obvia y complementa a la anterior: usando un plano y buscando tu propia ruta. En mi caso, la cosa comenzó a aclararse cuando descubrí el Plano de Calles Tranquilas de Madrid. Un día decidí seguir sus líneas y me encontré atravesando de punta a punta una ciudad que no parecía la misma: tranquila, con poco tráfico y con ambiente de barrio.

Sin embargo, consultar un plano sigue siendo engorroso, y mucho menos cómodo que simplemente seguir una ruta adecuadamente señalizada por la ciudad. Tienes que memorizarlo y pararte a consultarlo cuando te olvidas. En el mejor de los casos, lo puedes llevar en el móvil y seguir tu ruta con ayuda del GPS. Aun entonces, lo que pone en el plano y lo que ves en la calle son cosas distintas. Hay rutas digitales que no están señalizadas en la calle, o viceversa.

Además, suelen ser planos meramente circulatorios, que omiten toda actividad cultural, social o comercial de la ciudad. Sin embargo, la experiencia de ir en bicicleta es algo completamente distinto: su velocidad y maniobrabilidad hacen que sea idónea, no sólo para ir de A a B, sino para hacerlo pasando por C, F, J y X, descubriendo todo lo que la ciudad tiene que ofrecer y disfrutándolo en cualquier punto del camino.

Así pues, construyendo sobre estos antecedentes: ¿cómo podríamos mejorar la experiencia de ir en bici por la ciudad?

BikeLine, una solución posible

¿Y si combináramos lo mejor de las rutas señalizadas y de los planos, conectando claramente las guías físicas y las digitales? BikeLine fue concebida precisamente con esa idea en mente: combinar rutas físicas, fáciles de ver y seguir, con información digital sobre su procedencia, destino, estado o actividad cercana. Apoyarnos en la claridad y obviedad de unas señales pintadas en el suelo, y en el potencial informativo e interactivo del contenido de una pantalla.

bikeline - imagen de concepto

BikeLine: recreación conceptual

Intentamos imaginar una nueva forma de ayudar a los ciudadanos que usan la bici a sacar partido de sus ciudades. Las “líneas bici aumentadas” son pistas visuales continuas, simples y llamativas que guían al ciclista a lo largo de itinerarios seguros e interesantes. Su presencia y diseño anuncian, además, que existe otra capa de información en la que se desarrolla su auténtico potencial: una aplicación móvil que detecta la línea que estás siguiendo y muestra una “línea digital” equivalente que añade información relevante, actualizada y especialmente pensada para el que va en bicicleta.

BikeLine: esquema de concepto

BikeLine: esquema de concepto

De ese modo, la ciudad puede proporcionar respuestas rápidas a las dudas más comunes de un ciclista urbano:

— ¿Cómo puedo llegar de forma fácil y segura a… ?
— Y ahora, ¿por dónde sigo?
— Genial, he encontrado un carril bici, pero… ¿a dónde lleva?
— ¿Encontraré un buen sitio para aparcar la bici?
— Oh, no, un pinchazo… ¿Dónde puedo encontrar un taller de bicis?

El sistema está pensado para ayudar a descubrir el entorno urbano desde la bici, poniendo en el manillar todo un nuevo campo de posibilidades de interacción con actividades culturales, comercios locales y otros ciclistas, permitiendo, no sólo conocer, sino también disfrutar del camino a través de la ciudad.

Os contamos cómo imaginamos que podría funcionar, apoyándonos en el primer diseño que hicimos, premiado el pasado año en el concurso Get a Bike de Oslo, y cuya viabilidad esperamos poder ir comprobando y desarrollando.

Las líneas físicas

Existen bastantes aplicaciones móviles para seguir rutas por la ciudad. Lo que no hemos visto son señales que avisen de que esas rutas, o esas aplicaciones, existen. Señales que al ser claramente visibles para cualquiera, atraigan la atención, diciendo “aquí hay algo que puede ayudarte” o “cuidado, por esta ruta van ciclistas” o “¿por qué no te animas a descubrir tu ciudad desde la bici?”.

¿Por qué usar una línea? Una la línea es una forma rotundamente reconocible de señalizar una ruta. Da igual que esa ruta pase por un carril bici, por un espacio compartido con peatones o por un carril de la calzada, o que cambie de uno a otro. La línea puede girar, bajar o subir, cambiar de pavimento o de carril y seguir expresando una idea de continuidad a través de la ciudad.

La línea como guía en diferentes situaciones

La línea como guía en diferentes situaciones

Una línea puede cambiar de grosor, de color, y volverse discontinua o punteada para indicar seguridad, atención, preferencia, peligro, proximidad de un cruce, variación de la velocidad…

Color, tipo de trazo y grosor como indicadores superpuestos

Color, tipo de trazo y grosor como indicadores superpuestos

Una línea, además, es más económica de pintar y mantener que dos, o que una franja más ancha. Puede cualificar una vía sin ocuparla del todo, y sin suponer un cambio de pavimento.

Las líneas digitales

Las “líneas digitales” se visualizan a través de la aplicación móvil, en sincronía con las del suelo. Ponen servicios e información específica a disposición del que se mueve en bicicleta, suponiendo a la vez una ayuda y un aliciente para animarse a pedalear. Anuncian la presencia de talleres, de lugares donde aparcar, de comercios locales con ofertas especiales para ciclistas, de espacios de descanso, de equipamientos culturales…

El usuario puede revisar las líneas en parado, visualizándolas en un mapa de la ciudad o recorriéndolas para ver en detalle su contenido. Una vez en marcha, la aplicación detecta la línea que se está siguiendo y va proporcionando información de forma sintética, mostrando en la pantalla gráficos fácilmente reconocibles cuando hay información complementaria que mostrar y eventualmente ayudándose de sonidos para avisar sin distraer más de lo necesario la mirada del ciclista.

Líneas digitales sobre las físicas

Líneas digitales sobre las físicas – clic para ampliar

Su conexión con la actividad local, incluyendo la comercial, hace que el sistema tenga un gran potencial para integrar iniciativas ciudadanas u oficiales, públicas o privadas, individuales o colectivas, haciendo que esas simples líneas trazadas sobre la ciudad puedan convertirse en ejes de revitalización urbana a una escala más humana: la escala de la bicicleta. Abre interesantes posibilidades de uso, financiación y colaboración entre agentes no necesariamente relacionados con la movilidad pero sí con un modo de vida urbano en el que la bicicleta puede jugar un papel importante.

¿Realmente tenemos que seguir una línea?

Nos hemos hecho esa pregunta bastantes veces. La respuesta es sí… o no. Lo más hermoso de la bicicleta es que te permite salirte de la ruta, cambiar bruscamente de planes, improvisar, explorar. Y no podemos renunciar a eso.

Las rutas que imaginamos no serían exclusivas ni obligatorias. Tampoco serían inmutables. Un recorrido pintado puede renovarse, o perderse por el desgaste y aparecer en otra ubicación. Podrían ser incluso temporales, pensadas para desaparecer al cabo de un tiempo. El propio uso que los ciudadanos hicieran de cada ruta, recogido a través de la aplicación o de otros canales de participación, serviría para redefinir y adaptar esa infraestructura ciclista ligera.

Pero pensamos que sería importante que estuvieran ahí como un indicador de la presencia de la bici, de la existencia de una ruta amable y una capa de información añadida. Como una guía a partir de la cual aprender a moverse por la ciudad, cada uno a su manera. Como una serie de lugares conocidos desde los que explorar lo desconocido.

¿Cuándo y dónde?

Todo esto no pasa de ser una propuesta. Una propuesta que hicimos para Oslo (con bastante buena recepción) pero que pensamos que puede interesar a otras ciudades, teniendo bastante potencial para ser desarrollada en colaboración entre varias.

Hay aspectos que hacen de éste un proyecto complejo de llevar a cabo. No es tan “sencillo” como desarrollar una aplicación independiente e invitar a la gente a usarla. Hay que trabajar cumpliendo complejos reglamentos, ajustándose a acuerdos y haciendo todo ello económicamente sostenible. Hacerlo bien implicará poner en contacto y de acuerdo a muchos agentes de la ciudad… como, por otro lado, debería suceder con cualquier nueva infraestructura.

Sin embargo, también es bastante escalable. Se puede poner a prueba con una inversión relativamente baja, e ir mejorándolo progresivamente, de prototipo en prototipo. Sobre la marcha se pueden renegociar los trazados de las líneas y modificar las funciones de la aplicación. Y si nada de eso se lleva a cabo servirá, como mínimo, para sugerir otro acercamiento posible a la bicicleta como transporte, como experiencia urbana y como estilo de vida, y que se siga hablando de ella.

Así que… ¿por qué no intentarlo?

Evalúa BikeLineActualmente estamos presentando la idea a una convocatoria de propuestas de la que podríamos obtener apoyo para desarrollar más el concepto y su plan de viabilidad. Si os parece que la idea es interesante y creéis que valdría la pena explorarla un poco más podéis apoyarnos, tras un rápido registro, valorando tres aspectos: relevancia, adecuación y viabilidad.

Valora el proyecto Bikeline

En la plataforma hay subidas, junto a esta, muchísimas otras iniciativas que merece la pena revisar. Os animamos a registraros y valorar las que más os llamen la atención.

Para más detalles podéis descargar en PDF un panel que explica la propuesta: [Download not found].

 

¿Y a vosotros, qué os parece? Estamos deseando conocer vuestras opiniones y seguir debatiendo y pensando sobre cómo podemos mejorar la experiencia de ir en bicicleta por la ciudad.

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Patrones de intimidad | Deseo, disidencia y nuevos vecindarios entre lo digital y lo físico

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Patrones de intimidad (Premio Especial al mejor trabajo de investigación en el XI Certamen Universitario Arquímedes 2012) es el segundo número de la colección Proyecta de la Editorial IED Madrid.

Esta investigación surge dentro del proyecto Cartografías del Deseo (Miguel Ortega Rodríguez y Ana Belén López Plazas), una plataforma digital interesada en el estudio de la ciudad desde un contexto expandido, que incorpora tecnología y sexualidad como fuentes de datos para observar la red de relaciones que conforman la realidad urbana, y cuyos orígenes fueron el Laboratorio de Paisaje del Máster de Proyectos Arquitectónicos Avanzados de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 2011. Este libro es uno de los múltiples estados cristalizados de un proyecto formado por mil mesetas que recorren dos temas de investigación convergentes, divergentes y emergentes del panorama arquitectónico contemporáneo: la intimidad y la privacidad.

Patrones de intimidad muestra un estudio de las relaciones establecidas en la red social Grindr en París, un ámbito digital que nos permite describir de otra forma nuestra “realidad” y reflexionar sobre la intimidad en la esfera pública. Así, la investigación de Ana Belén López Plazas se convierte en un análisis de la tecnología en nuestro ámbito cotidiano y de ciertas prácticas de disidencia, vinculadas a los actuales debates sobre género, que descubre unos patrones de comportamiento desde los que proyectar un urbanismo que resuelva diferencias y distancias, construyendo otras maneras de habitar.

Patrones de intimidad - Sorbonne

De esta forma, desde el deseo y la voluntad de plantear otros tipos de sociedad, con referencia a Suely Rolnik y Félix Guattari, pero también a José Luis Pardo, Jane Jacobs, Michel Foucault, Sophie Calle o Paul Auster, este libro nos ayuda a entender el tejido social que surge cuando comparamos dos ámbitos aparentemente contradictorios: lo íntimo y lo público, para “ponernos en situación” respecto a la generación de nuestro entorno, un análisis imprescindible para todo aquel que quiera desarrollar su labor creativa en la esfera pública por venir.

Patrones de intimidad - Matriz comparativa

Debido al contenido y desarrollo de la investigación, el impacto de las redes sociales digitales en el uso del espacio urbano contemporáneo, desde la Editorial IED Madrid se consideró pertinente que este texto tuviera un formato digital, con el objetivo de ir más allá del texto y convertir la experiencia del libro en una oportunidad de lectura aumentada. Este formato aporta expresividad y usabilidad, sin perder por ello rigor académico. Entre las características de este formato (iBook) destacan la permanencia de notas, que pasan a ser vínculos directos asociados al texto, incluyendo hipervínculos; las galerías de imágenes se presentan de forma dinámica, siendo mucho más fácil para el lector comprender el objetivo de la autora; y, además, las opciones de subrayado, notas y marcadores hacen que sea muy práctico de cara a su uso como texto científico a divulgar y con el que trabajar.

Patrones de intimidad

El libro se inicia con un prólogo de Pedro Medina, editor de la publicación y Director de Publicaciones del IED Madrid Editorial, donde nos sitúa el texto en las raíces del deseo, de-sidus, que nos remite a un “descender de las estrellas”, para dirigir nuestra mirada hacia las prácticas urbanas contemporáneas, donde el deseo se convierte en el verdadero impulso que nos mueve a transgredir los valores establecidos en esos territorios tremendamente normativizados y “normalizados”.

Hoy en días las relaciones sociales tienen lugar en un ámbito físico y digital. Analizar esta realidad es fundamental para cualquier creativo, y lo que este libro pretende es precisamente contribuir a ampliar la perspectiva del lector sobre el espacio urbano contemporáneo.

Descarga el libro electrónico desde iBooks Store: Patrones de intimidad – 3,49 €
Nota: Por limitaciones de la plataforma de publicación, podrían aparecer problemas para leer el libro desde otro sistema operativo o programa que no sean iOS u OS X con iBooks. Recomendamos al lector que se asegure de que va a poder visualizarlo correctamente antes de comprarlo.

Todos las imágenes son material de cartografiasdeldeseo.com

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Hoy arranca #BAT_2013 | Espacios híbridos para la innovación urbana

Category: ⚐ ES+eventos+urbanismo

Hoy está arrancando el evento BAT 2013  “Espacios híbridos para la innovación urbana: Arquitectura, arte y urbanismo” en Bilbao, y estará en marcha hasta el sábado 23.

BAT 2013

BAT es un proyecto cultural promovido por Zaramari que pretende explorar las posibilidades de aprendizajes múltiples que ofrece la ciudad para la formación de una ciudadanía participe en la transformación de su entorno. Este año BAT se centra en el incipiente uso de las nuevas tecnologías digitales de comunicación y su influencia en la forma en la que nos relacionamos con el espacio físico. A través de las actividades de su programación (workshops, conferencias, debates, cine-forum…) promueve una participación activa y espacios de comunicación y creación que transcurren simultáneamente en el entorno físico y en la red, abriendo la posibilidad de poner en relación a ciudadanos, arquitectos, urbanistas, diseñadores, agentes del desarrollo comunitario y activadores urbanos para cruzar ideas y miradas con el objetivo de buscar de forma conjunta herramientas y proyectos que traten de contribuir a la (re)construcción de territorios más habitables.

Presentación THINK CITIES BAT

Podéis ver aquí el vídeo de presentación. Para los que no tengáis la suerte de estar allí, aquí os dejamos varios canales (que ya están ahora mismo “echando humo”) por los que podéis seguir el evento:

Podéis seguir la cuenta oficial de Twitter: @BAT_info
Buscar el hashtag en las redes sociales: #BAT_2013
Seguir la página de Facebook: facebook.com/BATarkitektura
Podréis seguir la jornada del día 23 en streaming a través del canal ThinkCities
El programa y otros datos están disponibles en la web oficial: urbanbat.org

 

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Mapdwell Solar System | Mapeando el potencial solar con una precisión sin precedentes

Category: ⚐ ES+sostenibilidad+tecnologías+urbanismo

Solar System muestra el potencial solar a alta resolución

Un proyecto llamado Mapdwell, desarrollado por un equipo del MIT, ha dado como resultado el software Solar System, que permite visualizar el potencial solar de las cubiertas de los edificios con la mayor resolución lograda hasta la fecha en un sistema de este tipo.

El proyecto Mapdwell

Fruto del desarrollo por un equipo de académicos e investigadores del Building Technology Sustainable Design Lab del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y con una licencia concedida a Mapdwell LLC, el Proyecto Mapdwell busca dotar a las comunidades con información que promueva prácticas sostenibles, conciencia comunitaria, eficiencia energética y desarrollo inteligente a través del esfuerzo colectivo. Al transformar información abierta, precisa e imparcial en educación y acción, propone una solución orgánica al problema de los combustibles fósiles.

Las decisiones individuales sobre dónde y cómo vivir tienen el potencial de impulsar la sostenibilidad. Sin embargo, los ciudadanos carecen en general de las herramientas para decidir informadamente. Por ello, el equipo de Mapdwell trabaja en la intersección de los datos, el diseño y la tecnología para crear instrumentos innovadores e intuitivos de análisis, evaluación y visualización –a nivel de unidad y de contexto– para sistemas y regiones urbanas y no urbanas.

¿Cómo funciona Solar System?

La herramienta Solar System utiliza datos LiDAR (Light Detection and Ranging) de alta resolución (una retícula de 1×1 m) para crear un modelo tridimensional del terreno que tiene en cuenta la forma de las cubiertas y otras estructuras, la infraestructura existente y la densidad de las copas de los árboles.

Proceso de obtención y elaboración de los datos

Proceso de obtención y elaboración de los datos – Clic para ampliar

Este modelo se usa a continuación para evaluar la cantidad de radiación solar que recibe cada unidad de superficie para cada hora del año y evaluar con ello el potencial individual para la generación eléctrica solar usando paneles fotovoltaicos.

La aplicación online toma esos datos de potencial fotovoltaico y los superpone sobre la imagen satélite de Google, acompañados de una interfaz que permite al usuario consultar y entender los datos visualizados.

Captura de la interfaz de la aplicación Solar System

Captura de la interfaz de la aplicación Solar System – Clic para ampliar

Seleccionando un edificio del mapa nos muestra en un panel lateral una serie de datos sobre su cubierta, incluyendo el tamaño del sistema en kilowatios, el coste previsto para el propietario (incluyendo deducciones e incentivos locales), la compensación de carbono y los ingresos anuales previstos, según la extensión de la instalación que puede regularse con un control deslizante. Todos estos datos se presentan de forma sintética y clara con el fin de ayudar al usuario a tomar decisiones respecto a la instalación de paneles fotovoltaicos.

El panel nos permite alternar entre cuatro grupos de datos: Dinero, inversión, técnico y medioambiente.

El panel nos permite alternar entre cuatro grupos de datos: Dinero, inversión, técnico y medioambiente – Clic para ampliar

Lo llamativo de esta aplicación es que los algoritmos empleados logran unos de los resultados más detallados y precisos hasta la fecha. Otros mapas solares similares asumen, simplificadamente, que todas las cubiertas son planas o que el ratio entre radiación directa y difusa es constante a lo largo de todo el año. Solar System pondera esos parámetros de una forma más precisa, logrando que sus predicciones varíen solamente entre un 4% y un 10% sobre los datos de medición reales.

Actualmente la predicción de rendimientos es bastante conservadora, ya que considera los paneles apoyados en el mismo plano de la cubierta, cuando la mayoría de las instalaciones permitirían situarlos en un ángulo mucho más adecuado según la latitud.

Implantación

Aunque la aplicación actualmente sólo tiene datos disponibles para Cambridge y Washington DC, su interfaz está traducida al español y sus creadores invitan a ciudadanos y potenciales patrocinadores a proponer nuevas ubicaciones: “Únete al esfuerzo de traer Mapdwell Solar System a tu comunidad. Saber dónde estás nos ayuda a saber a dónde tenemos que ir”.

Mapa de ubicaciones - Clic para ampliar

Mapa de ubicaciones – Clic para ampliar

Links relacionados:

Mapdwell Solar System: es.mapdwell.com
Sustainable Design Lab @ MIT: web.mit.edu/sustainabledesignlab
Visto en Gizmag

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Un entorno de aprendizaje sin límites definidos

Category: ⚐ ES+arquitectura+educación+EntornoEducativo

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Dibujo original: Jaime Eizaguirre

En este nuevo post  del tema EntornoEducativo les propongo desarrollar la idea de borrosidad, que para mí suponen los futuros espacios de aprendizaje. Con esto intentaré entender qué distancias físicas, mentales y digitales que habitualmente asocia(re)mos a estos espacios y, sobre todo, en qué momento el que aprende se “desconecta” de ese entorno.

Vivimos en una época invadida por soportes de transmisión y de visualización de la información que nos alejan desde jóvenes de los espacios que tradicionalmente la distribuyen y permiten su apropiación: bibliotecas, escuelas… Ya sabemos que el estar presente en clase no significa estar atento. Más aún cuando se tiene en el bolsillo un smartphone que vibra al ritmo de las notificaciones que indican lo que uno se está perdiendo fuera. Con este ejemplo notamos lo absurdo que es el oponer el proceso ultra-local de aprendizaje y el mundo exterior. Vivimos en una sociedad en la que nuestra atención está captada de manera permanente.  No creo que se pueda imponer la separación de uno u otro ámbito, y por esto me interesa la idea de un entorno con limites borrosos: fronteras que no se distinguen con claridad. Un espacio en el que los elementos próximos (olores, texturas, imágenes…) estén relacionados con un reto global.

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Campo de cebada, Madrid

El colegio, la universidad y la escuela (aunque ésta menos), tienen que actuar en calidad de filtros emancipadores que mantengan una relación permanente con los sistemas sociales, culturales, económicos, filosóficos y políticos que componen la complejidad de una localidad. Uno de los errores aún cometidos por muchos sistemas escolares es el disociar ocio y aprendizaje, un problema profundo. Si tratamos de referirnos a la etimología de la palabra escuela descubriremos una de las claves de la paradoja; Skholè, palabra griega, tiene el sentido general de una suspensión temporal. Se disocia aquel término de ocupaciones relacionadas con la subsistencia o el cotidiano. Tiene más que ver con la dignidad de la existencia que se caracterizaba por el control de uno sobre el tiempo. Así, aquel tiempo se podía consagrar al ocio (juego, gimnasia, teatro, arte, política…) que supone y ocasiona una cierta libertad. El estudio traduce perfectamente lo que implica la skholè : un tiempo libremente suspendido por una actividad cuya práctica eleva y ennoblece al que se consagra.

Efectivamente, en el proceso de aprendizaje esta idea de “tiempo libremente suspendido” me parece esencial. Los nativos digitales  enriquecen el campo de sus conocimientos contribuyendo en línea sobre temas que les interesan y compartiendo contenidos hiper-enlazados (música, videos, artículos, creación colaborativa…). Este funcionamiento basado en la curiosidad de cada uno es precisamente el que hace falta en muchos establecimientos escolares. Mientras tanto, se están democratizando algunas formas de aprender según estos preceptos: los MOOC (Massive Online Open Course) son un ejemplo.

Algunos ven en el interés económico que suscita esta alternativa el peligro de un regreso al acceso pasivo a los conocimientos. Así, los inversores y promotores de las marcas universitarias mundiales podrían usar de un modo de difusión masivo para crear contenidos estandardizados que borren las particularidades locales. Pero otros tienen el optimismo de pensar que analizando los comportamientos de navegación a través de los datos digitales, los MOOC podrían proponer contenidos, ritmos y correcciones cada vez más personalizadas.

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Minerva University’s website

Hace unos días leí un articulo titulado La #educación tendrá pronto su premio Nobel y descubrí el Minerva Project, “Una experiencia universitaria reinventada para los estudiantes más brillantes, más motivados en el Mundo”. La idea es intrigante: Una universidad de prestigio (Ivy League) en que todos los cursos se llevarían a cabo en línea para permitir a los estudiantes tener un seguido personalizado. La primera promoción contará entre 200 y 300 estudiantes que vivirán juntos en espacios dedicados (que no son campus clásicos), pero cambiando regularmente de ciudad y de país durante los cuatro años que dura la carrera. San Francisco, Beijing, Sao Paulo y París ya se mencionan. Y además de “ofrecer la mejor educación posible” como lo hace hoy Harvard, el responsable de este inmenso proyecto, Ben Nelson, nos asegura que el precio de la carrera en Minerva University costará la mitad de lo habitual en universidades de prestigio.

Esta experiencia transforma totalmente la relación física que mantenemos con el entorno educativo. En su libro titulado “Le Néo-normadisme – Mobilités, partages, transformations identitaires et urbaines.”, Yasmine Abbas, arquitecta francesa, titular de un master al MIT (Massachusetts Institute of Technology) y de un doctorado en la Harvard University Graduate School of Design, nos explica como el hecho de ser un neo-nomada influye sobre la concepción, la producción y la utilización de espacios hasta entonces presentes en la mente colectiva, afirmando que

“la movilidad digital confunde las definiciones espaciales”.

Una idea que comparto y que me conduce a imaginar entornos escolares con límites físicos borrosos. En el contexto actual, no tiene sentido considerar el circuito académico como el centro de una emancipación intelectual generalizada. En los espacios domésticos, en los espacios de ocio, en la calle, en los “espacios digitales” almacenamos informaciones que permanecen en nuestra mente por haber sidas adquiridas en momentos activos. En tales casos, nos damos cuenta de que el individuo es dueño de su tiempo, de su postura física, del orden de sus actividades y de las personas con quienes actúa. Así es que pienso que un entorno de aprendizaje eficaz sería un entorno que nos permitiese ser activos de distintas formas. De alguna manera, las oficinas de las empresas de Silicon Valley ya lo hacen desde hace unos cuantos años y exportan el modelo en otros países. Las más grandes de ellas proponen a sus empleados disfrutar de mini-pueblos que agrupan servicios, ambientes diversos y todo factor susceptible de fomentar la creatividad y de mantener las mentes relajadas. Podemos decir que el contexto de libre albedrío de estos empleados está diseñado.

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Frank Gehry y Mark Zuckerberg ante la maqueta de las nuevas oficinas de Facebook.
Fotografía: Everett Katigbak, Facebook

Pero entre diseñar una experiencia y condicionarla hay un solo paso. También pienso que hay que invertir la tendencia social que sujeta la identidad de un individuo a su recorrido académico. Desde el nombre del establecimiento, al origen de una caracterización socio-económica, hasta su implantación territorial, pasando por sus especificidades prácticas (campos de estudio, pedagogía…), todo tendría que ser flexible para el que esté dispuesto a definir sus ámbitos personales. Adaptar, modificar, crear nuevos caminos con una base común es precisamente lo que defiende la filosofía hacker. Y de la misma manera en que se desarrollan micro-modelos económicos según procesos de contribución derivados de la cultura digital, los espacios de aprendizaje podrían fomentar un uso alternativo de las tecnologías; más creativo, menos costoso, menos alienante y que provoque movilidad física. Pienso que esta sería una forma de curar lo que el Dr. Manfred Spitzer llama una demencia digital, sin suprimir las ventajas sociales de una semántica digital justa.

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FabSchool by Waag Society

Algunos como Ivan Illich ya sugirieron salir de los sistemas escolares, llegando a comparar edificios escolares con cárceles. Otros como Jean Piaget eran partidarios de terminar con la figura del profesor conferenciante y privilegiar métodos educativos activos, como la investigación interdisciplinaria, que fomentan la invención. Pienso que hoy podemos sintetizar colectiva y localmente estas ideas “radicales” para reparar, rehabilitar, los edificios escolares existentes. Se trataría de diseñar porosidades físicas entre actividades internas y externas ya que las actividades mentales y digitales viajan y se conectan de manera permanente. Y más que aumentar superficialmente las capacidades tecnológicas de los entornos austeros que conocemos, empezaría borrando lo que se pueda para que entre un aire nuevo en los pulmones de la comunidad escolar.

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Identidades personales e identidades colectivas | cRTweet, gestión colaborativa de cuentas de Twitter

Category: ⚐ ES+cultura abierta+eu:live+investigaciones+tecnologías

cRTweet - ilustración Jorge Toledo

A continuación reproducimos un artículo de  Alfonso Sánchez Uzábal (@skotperez) presentando cRTweet, una aplicación web para Twitter que llevamos probando con @ecosistema desde que salió la primera alpha que nos contaba Francesco Cingolani en un post anterior. Esta sencilla pero potente aplicación nos parece que abre una vía práctica de solución en medio de un debate sobre el encuentro, la interacción y a veces el conflicto entre la identidad personal y la colectiva, tema que nos hemos planteado bastantes veces en Ecosistema Urbano y que recientemente comentaba Domenico di Siena en su post Creatividad Horizontal: Redes, Conectores y Plataformas, cuando hablaba de “los colectivos y la red”.

Os dejamos con el artículo de Alfonso, que lo explica perfectamente, y os animamos a experimentar esa forma de gestionar las cuentas que propone la aplicación.

Hace cerca de un año, Francesco Cingolani me contó las contradicciones que encontraba en las cuentas colectivas de Twitter, las cuentas de una marca, de un proyecto o de un evento, y las incomodidades a la hora de gestionarlas.

Francesco, que gestiona un número elevado de cuentas de identidades de marca o colectivas, me explicó que es tedioso solo decidir en qué cuenta publicas una determinada información encontrada, y en el caso de que encaje en varias, es tedioso retuitear.

Otro inconveniente de las cuentas colectivas es que un interlocutor no sabe con cual de las identidades que están detrás está hablando, ya que los proyectos o las marcas no hablan por si solas.

Por último, estaba el tema de la coherencia, la línea editorial que una cuenta gestionada colectivamente, ha de tener. Ambos, que estamos en más de un proyecto colectivo, hemos vivido esas largas discusiones sobre lo que es lícito decir por boca de nuestros proyectos: es difícil llegar a un consenso al respecto, y en la mayor parte de los casos, se consigue un acuerdo de mínimos que limita enormemente la capacidad de expresión de cada parte, empobreciendo la identidad colectiva.

Más adelante, junto con Domenico Di Siena, influidos por las reflexiones en torno al proyecto sentientID, nos convencimos de que una identidad colectiva no es otra cosa que la suma de las identidades personales que la construyen, en ningún caso una supraidentidad que condiciona o limita a cada uno de los integrantes.

Bajo esta premisa no solo nos hemos ahorrado muchas discusiones, también hemos conseguido trabajar bajo identidades colectivas en permanente construcción. Así, si una persona abandona un proyecto, la identidad de éste cambia forzosamente, liberando a los miembros que permanecen de mantener algo con lo que no se sienten identificados. En el caso de que una persona se sume a la iniciativa, hay espacio para la nueva aportación al no tener a prioris, y se beneficia rápidamente de la nueva aportación.

En la práctica, lo hemos llevado a cabo cuidando mucho el reconocimiento personal, muy en la línea del sistema meritocrático de las comunidades hacker. Esto permite que nadie sienta que está aportando más que el resto, o que alguien se está provechando de una identidad colectiva sin trabajo: el que más aporta es el que más se beneficia. Por otro lado, al estar cada aportación perfectamente reconocida, los errores también lo están, con lo que hay mucha más tolerancia a la hora de dejar hacer al otro.

Para lidiar con esta situación, Francesco ideó una herramienta que le permitía publicar desde su cuenta personal de twitter en las demás cuentas que gestionaba. La desarrolló usando Yahoo Pipes. Cuando hablamos, decidimos desarrollarla de manera autónoma, para no tener las limitaciones de aplicaciones de terceros. El resultado fue cRTweet.

cRTweet - ir a la página

Así, cRTweet permite una gestión colaborativa de cuentas de twitter. La idea que tiene detrás es fortalecer una marca, un proyecto, una identidad colectiva en definitiva, a través de su cuenta de twitter, mediante las aportaciones de sus integrantes.

Una de las aplicaciones que tiene es alimentar la cuenta de un evento durante el tiempo que dura, de manera que la cuenta se convierta en una documentación colectiva del evento, llevada a cabo por las personas que asisten a él, ya sea presencial o digitalmente.

Con cRTweet se puede conceder permiso de publicación en una cuenta de twitter colectiva, a cuentas personales. De esta manera la cuenta colectiva está alimentada por todas las personas habilitadas.

El funcionamiento es sencillo:

  1. Se concede permiso a una cuenta, digamos @usuario, para publicar en la cuenta colectiva, digamos @colectiva, a través del panel de administración de crtweet.com
  2. El usuario habilitado recibe un direct message en su cuenta de twitter a modo de notificación, con un enlace a las instrucciones de uso.
  3. Para publicar en la cuenta colectiva el usuario, al tuitear en su propia cuenta, tiene que incluir el código cRT @colectiva, donde colectiva es el nombre de la cuenta colectiva. Por ejemplo: Este tuit se también se publicará en mi cuenta colectiva cRT @colectiva
  4. En la cuenta colectiva aparecerá el tweet del usuario con el siguiente formato,RT @usuario: Este tuit se también se publicará en mi cuenta colectiva, quedando acreditado perfectamente el mensaje.

cRTweet envía los mensajes a las cuentas colectivas cada media hora, a las horas en punto y a las y media. Lo he desarrollado junto a Pablo Rey Mazón.

Visita el artículo original en voragine.net
Sigue a @skotperez en Twitter