Uno de los problemas más comunes en muchas ciudades latinoamericanas es el declive gradual de sus centros urbanos. El centro histórico de Hermosillo, México, no es una excepción. Por un lado, tiene un alto valor histórico y un carácter potencialmente atractivo para la vida urbana, gracias a su equilibrada combinación de patrimonio, centralidad, conexión con redes de transporte, presencia de servicios y espacios públicos, y otros aspectos que contribuyen al atractivo general del área. Por otro lado, sin embargo, el modelo de desarrollo extensivo y de baja densidad adoptado en Hermosillo durante las pasadas décadas ha provocado un declive en la actividad social, cultural y económica del centro, y un desplazamiento progresivo de residentes hacia la periferia.
En 2017 nos llegó el reto de desarrollar un plan de revertir esta situación en Hermosillo. El encargo se enmarca bajo el programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (CES) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un programa que ayuda a gobiernos locales a identificar potenciales y dificultades, y a desarrollar soluciones integradas para el desarrollo sostenible de sus ciudades.
Idea Hermosillo, un Plan de Revitalización
Con este reto en mente, desde Ecosistema Urbano desarrollamos el Plan de Revitalización “Idea Hermosillo” para un área crítica del centro histórico, pusimos en marcha un proceso participativo con el fin de incorporar las visiones de diferentes agentes clave, y desarrollamos una serie de estrategias y proyectos piloto que proporcionarían al centro histórico una agenda a largo plazo y un plan de acción a corto plazo.
El proceso, que describiremos con más detalle en un próximo artículo y que se puede ver en la documentación del proyecto, incluyó encuentros con agentes clave, talleres de acción urbana y actividades de relevamiento o mapeo urbano, actividades que en su conjunto generaron un entendimiento más profundo y una relación más cercana entre el criterio técnico y el tejido social.
El primer resultado del trabajo fue el desarrollo de una visión general para el centro histórico de Hermosillo que se compone de seis estrategias interrelacionadas y complementarias:
- CENTRO HABITADO: Definiendo líneas de acción para atraer vivienda al centro, establecer escenarios de densificación y compactación urbana, y generar un espacio diverso que favorezca el encuentro intergeneracional..
- CENTRO ACTIVO: Promoviendo una ciudad más inclusiva y multifuncional, fomentando la convivencia de actividades y el equilibrio de usos.
- CENTRO CONECTADO: Creando una ciudad más inclusiva y equitativa, fomentando otras vías de movilidad sostenible y accesibilidad universal.
- CENTRO VERDE: Fomentando el uso del espacio público todo el año, día y noche, reduciendo el impacto del clima extremo, mejorando la respuesta resiliente a las lluvias, y aumentando la cantidad y calidad de las áreas verdes.
- CENTRO INNOVADOR: Mejorando las infraestructuras tecnológicas, desarrollando la esfera digital aplicada al espacio público, fomentando la creación de espacios para el encuentro de la cultura, la innovación y el conocimiento.
- CENTRO COLABORATIVO: Potenciando la creación de entornos de gobernanza colaborativa entre instituciones y una ciudadanía activa; actualizando los sistemas de gestión, incorporando a la ciudadanía.
Estas estrategias se tradujeron en 27 proyectos piloto de diferente alcance, presupuesto y tiempo de implementación. Estos proyectos son los que permitirán traducir los objetivos generales del Plan en una serie de intervenciones específicas, vinculadas a sitios concretos, que podrían empezar a implementarse desde el primer momento. Uno de ellos, el “Banco de Ideas”, se propuso como la intervención insignia y el principal motor de activación del centro.
Cada proyecto piloto fue desarrollado en una ficha, definiendo en ella aspectos clave como la ubicación, el presupuesto, el plazo temporal y un cronograma de su desarrollo, el estado actual del lugar, los agentes clave a implicar y dos representaciones gráficas esquemáticas (estado actual y propuesta) orientadas a ilustrar el carácter y las posibilidades de la propuesta.
Pautar un proceso de revitalización: estrategia y táctica
Una forma de entender y explicar este proyecto es enfocarlo como una intervención estratégica con componentes tácticas. “Estrategia” y “táctica” son dos términos que, obviando su origen bélico, describen bien la visión contemporánea del desarrollo urbano que subyace a este proyecto. Mientras que la planificación urbana requiere una visión estratégica a largo plazo, nuestro acercamiento a la activación o revitalización urbana también adopta una mirada más táctica, buscando presentar propuestas implementables y testeables de la forma rápida, a través de intervenciones de bajo coste y alto impacto.
El proceso de desarrollo urbano que se desarrollaría a partir de un plan como “Idea Hermosillo” puede ser explicado en una serie de arcos temporales abarcando diferentes rangos:
Como parte de este enfoque, podríamos hablar de “activación temprana”, un concepto que se refiere tanto a los procesos de estudio y diseño que llevaron a la definición del Plan como a la propia implementación posterior de éste. Así, algunas intervenciones puramente tácticas, como las acciones urbanas llevadas a cabo durante el proceso participativo, se convierten en proyectos piloto apoyados en una estrategia a más largo plazo que permitirá, eventualmente, su plasmación en políticas de más alcance.
La principal ventaja de esta metodología, aparte de generar un impacto positivo desde el primer momento, reside en que las tácticas a corto plazo permiten mejorar las estrategias a largo plazo. Las propuestas pueden ser puestas a prueba de forma rápida y económica, dando un alto retorno en términos de experiencia directa, comunicación del proyecto, implicación de agentes clave y viabilidad técnica. Es sobre esta acción-reacción colectiva, viva y tangible, sobre la que las estrategias generales pueden mejoradas y afinadas.
El reto de la implementación
El reto más grande, en este momento, es cómo lograr que las propuestas se conviertan en realidad. Incluir proyectos piloto ya simplifica enormemente la cuestión de “qué hacer a continuación”, al sugerir acciones que permiten al municipio trabajar a distintas velocidades y con distintos niveles de presupuesto para cada ubicación.
Será necesario identificar agentes clave, conseguir la financiación necesaria, facilitar permisos y cumplir otros requerimientos para implementar cada proyecto.Las estrategias a largo plazo, a su vez, tendrán que ser convertidas en programas de desarrollo urbano, políticas locales y otros instrumentos de planificación tradicionales. Pero, desde los primeros años tras su aprobación, el Plan puede empezar a dar resultados que resuenen con las necesidades reales de la ciudad.
Hermosillo tiene la oportunidad de transformar su centro histórico en un lugar mucho más habitable, sostenible y atractivo, y para ello cuenta, no con un plan congelado en el tiempo, sino con una herramienta estratégica que permitirá a la ciudad reconsiderar y mejorar las soluciones propuestas para adaptarlas al siempre cambiante entorno urbano.