por Andrés Walliser
Escribo este post a raíz de la convocatoria que hace la plataforma Salvad el Cole que pretende evitar la mutilación de una parte del patio del colegio público Isabel la Católica con las obras del Mercado de Barceló en Madrid.
El diagnostico del colectivo es certero. Yo también sigo sin entender el plazadurismo compulsivo que sacude los escasísimos espacios públicos del distrito Centro, y de otros distritos. Yo creo que hay dos elementos que pueden explicarlo en parte. Por un lado hay una cierta cultura ibérica que asimilan arquitectos (que aquí en España son también urbanistas, paisajistas y constructores) y responsables técnicos y políticos, y que consiste en hacer intervenciones maximalistas. Las cosas no se dejan nunca como están. Y en general (los tiempos están cambiando) tampoco se pregunta mucho a los usuarios actuales o futuros. Ellos no saben de diseño urbano, y lo que creen que saben resulta en opciones cursis, antiestéticas y un poco palurdas. También esta el argumento del excesivo conservadurismo de los residentes que no quieren que se cambie nada. Otras veces en realidad nadie pregunta por que nadie quiere ser preguntado.
En espacios públicos esto redunda a menudo (veáse el alicatado del Paseo de Recoletos, un espacio del Siglo XIX ahora perdido) en eliminar elementos consustanciales al espacio publico como la tierra. Una superficie solada parece garantizar mejor la constatación de la calidad o intensidad de la intervención. Así, nos encontramos con los hornos pétreos que describen en Salvad el Cole. Madrid has sido chapada en granito (¿chino?) en los últimos años.
La tierra permite absorber agua en caso de lluvia y transpira y refresca después; no absorbe el calor del cemento que luego se libera durante la noche contribuyendo a subir las temperaturas aun mas. El polvo, la gran excusa, no supone una amenaza real para la actividad estancial en un espacio publico. Muchos de nosotros añoramos precisamente ese tacto, esos olores o las infinitas posibilidades de juego que nos da la tierra en la plaza o el parque. Eso si es mas difícil de limpiar con una maquina. continue reading