La aplicación sistemática de un conjunto sencillo de tipologías de infraestructuras ciclistas es uno de los factores que más pueden contribuir a facilitar su comprensión, adopción y correcto uso por parte de los ciudadanos. O al menos ese es el caso de Copenhague, donde las diversas soluciones se han optimizado y uniformizado tanto que pueden resumirse en un solo gráfico:
El enfoque de esta ciudad se puede resumir en 4 soluciones tipo, que se aplican a las distintas vías dependiendo de la velocidad del tráfico motorizado que circula por ellas:
- 10-30 km/h: Espacio compartido para bicicletas y vehículos motorizados, sin separación.
- 40 km/h: Carriles bici pintados en la calzada.
- 50-60 km/h: Carriles bici separados de la calzada por un bordillo.
- 70-130 km/h: Carriles bici completamente segregados por una mediana.
Además, hay un par de criterios básicos para todas ellas:
- La infraestructura se sitúa a la derecha de la fila de coches aparcados, dejando éstos como barrera entre el carril bici y la calzada.
- Los carriles bici de dos sentidos se usan sólo cuando están separados de cualquier carretera o calle. Si no, siempre han de usarse carriles bici de un solo sentido.
Como dice Mikael Colville-Andersen, conocido activista, conferenciante y asesor sobre planteamiento urbano para la bicicleta en Copenhagenize.com:
La belleza de la red de infraestructuras ciclistas de Copenhague está en la uniformidad de su diseño.