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Tu ciudad, detrás de una tapia

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Nuestras ciudades están llenas de espacios olvidados, vacíos urbanos que, sin embargo, cuentan con un enorme potencial para la regeneración del espacio público.

Estos lugares tienen irónicamente un valor añadido frente a otros espacios urbanos: el de la dejadez. La dejadez acumulada durante años da lugar a espacios únicos, espontáneos, chocantes, donde no todo está planificado, donde hay margen para la imaginación, donde los usos no están acotados y la vegetación ha crecido de forma imprevisible.
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Podemos imaginar fácilmente los motivos por los cuales estos espacios han estado años abandonados: especulación por parte de los propietarios del suelo, desinterés de las administraciones, indiferencia de los ciudadanos.  También imaginamos las dificultades por las que habrán pasado aquellos que han intentado cambiar las cosas y recuperar estos espacios para la ciudad: trabas burocráticas, procesos legales infinitos, incluso oposición de algunos vecinos (seguramente por problemas de comunicación).

No son pocos los ejemplos de ciudades en las que se han recuperado estos espacios olvidados, aunque siempre tendemos a pensar que este tipo de propuestas sólo ocurren en lugares lejanos (Curitiba con su acupuntura urbana, o Nueva York con sus green guerrillas y community gardens) o lejanos en el tiempo (como las zonas de juegos de Aldo Van Eyck en Amsterdam tras la Segunda Guerra Mundial).

Me quedo con tres casos prácticos, que ilustran estas ideas:

Caso práctico 1: Curitiba, Brasil (desde 1965 hasta hoy)

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Muchas lecciones podemos tomar de esta ciudad brasileña y de su alcalde Jaime Lerner, pero veamos en este caso lo relativo a los parques de la ciudad.

Al plantearse una estrategia de nuevos parques para mejorar la calidad urbana, el ayuntamiento de Curitiba consiguió cambiar de perspectiva y caer en la cuenta de que, en realidad, los parques ya existían. Muchos espacios olvidados, sin urbanizar, eran en realidad grandes reservas de espacios verdes.  Únicamente debían evitar su destrucción (”no hacer nada, con urgencia”) y dotarlos mínimamente (obligados a trabajar con presupuestos muy reducidos). Antiguas canteras o suelos industriales abandonados se reconvirtieron hasta crear una gran red de espacios verdes urbanos, que funciona además como sistema de drenaje de la ciudad. En 20 años se consiguió pasar de una ratio de zonas verdes de 0,5m2 por habitante a 50m2 por habitante.

Iniciativas como estas, han convertido esta ciudad en un referente urbano mundial, adelantándose a muchos de los problemas que hoy en día se plantean las ciudades, y constituyen un gran ejemplo de lo que una administración pública puede llegar a hacer.

Cuando uno lee (o escucha) a Jaime Lerner, explicando su manera de hacer ciudad, trabajando con lo existente, parece lo más sencillo del mundo. Lógicamente, nada es tan sencillo como parece, y podríamos pensar que es un contexto lejano y muy diferente al nuestro. Por ello, propongo otros dos casos más cercanos y de menor escala, que he conocido personalmente.

Caso práctico 2: Esta es una plaza, Lavapiés, Madrid. 2008

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Un enorme solar, vacío y sin uso durante 30 años, en pleno Lavapiés, de pronto se convertía por unos días en un espacio público. Separado de la calle por una tapia de ladrillo, un parque de tamaño similar a la Plaza de Lavapiés (que es la plaza más importante del barrio, para quien no conozca la zona), aparecía como por arte de magia en la ciudad.

Los responsables, un equipo del taller Urbanacción, que, bajo el eslogan “Esta es una plaza” convirtieron en unos días este espacio “en barbecho” en un lugar de encuentro del barrio. Tras su trabajo limpiando el solar de basura y equipándolo con algunas pequeñas actuaciones (huerto, hamacas, algo de iluminación), los visitantes nos encontrábamos con un espacio increíble en el centro de Madrid, con árboles crecidos espontáneamente, suelo de tierra y gente de todas las edades.

La historia de este espacio ha continuado (en el blog de Estaesunaplaza podemos seguir todo el proceso) y es muy interesante, sobre todo por lo que puede tener de germen para actuaciones similares. Pequeños proyectos de recuperación de solares vacíos, que puedan multiplicarse por todo Madrid, transformando y enriqueciendo la ciudad con actuaciones de muy bajo coste, lejos de las obras faraónicas a las que esta ciudad nos tiene acostumbrados.

Caso práctico 3: Paseo del Río Gafos, Pontevedra. (desde 2001)

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En este último caso, me acerco aún más, trasladándome a mi ciudad de origen, con un proyecto realizado por el Ayuntamiento de Pontevedra, tras años de reivindicaciones y trabajo de una asociación de defensa del río (Vaipolorío).

Para quienes no lo conozcan (que serán los más) el Río Gafos es un riachuelo, afluente del Río Lérez, que atraviesa la ciudad de Pontevedra. Al haber crecido allí, mi “imagen mental” de la palabra afluente siempre ha sido la del Gafos: un río maloliente, inaccesible, lleno de maleza y basura, enterrado en algunos tramos y al que sólo algunos locos bajaban a veces a pescar.

Pasan los años y de pronto me encuentro con un nuevo parque a lo largo del río Gafos, como surgido de la nada, por el que se puede atravesar la ciudad como quien hace senderismo. No es un parque nuevo, siempre ha estado ahí, pero detrás de una tapia, por así decirlo. Y es ese aislamiento precisamente el que ahora le da valor: un recorrido exclusivamente peatonal, rodeado de naturaleza, aislado de camiones y coches. De vez en cuando, eso sí, entre los árboles se ven las traseras de edificios que nos recuerdan el urbanismo sin pies ni cabeza que se ha hecho durante todos estos años (y se sigue haciendo).

Este tipo de proyectos no suelen publicarse en las revistas de arquitectura y a veces, ni siquiera en internet. Sin embargo pueden tener un impacto mayor en la calidad de vida de las ciudades, que muchos proyectos de mayor presupuesto y mayor renombre.

Desde nuestra profesión y como ciudadanos, tenemos que ser capaces de reconocer estas iniciativas, valorarlas y apoyarlas. Y deben servirnos de ejemplo, tenerlas en mente, localizar lugares y oportunidades para recuperar estos espacios para la ciudad.

A veces, el parque, la plaza, la senda peatonal, el espacio público que necesitamos está detrás de una tapia. Un mínimo muro de ladrillo o un no tan mínimo muro burocrático que separa la ciudad que tenemos de la que queremos.

Este articulo y la ilustración son obra de Jaime Eizaguirre publicado originalmente en el blog “La Ciudad Viva“, una iniciativa de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía. Para este mismo blog hemos escritos otros interesantes articulos: Ciudades de código abierto. Estrategias urbanas participativas de dinamización social y
¿Espacio libre=Espacio público? Espacio basura y potencial de transformación en el corazón de las ciudades.

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muy relacionado con el manifesto del tercer paisaje de gilles clement…

muy relacionado con el manifesto del tercer paisaje de gilles clement…

Ayer mismo, habiendo leído antes este artículo, tuve la suerte de visitar el paseo junto al Gafos en Pontevedra. La verdad es que me pareció una actuación muy buena, el hecho de que dé a traseras de edificios significa que no da a calles salvo en algunos tramos, lo cual lo convierte en un oasis de silencio y naturaleza en medio de la ciudad. El río está bastante regenerado salvo en algún punto donde aún sufre algún vertido y no ha sido abierto al público.

Quizás la idea de un jardín tras la tapia pueda llegar a ser un recurso acertado, después de todo. Y la costumbre de acabar todo planeamiento urbano con una calle también puede no ser siempre la mejor. Me gustó la relación edificio-naturaleza sin trasiego rodado por enmedio.

Ayer mismo, habiendo leído antes este artículo, tuve la suerte de visitar el paseo junto al Gafos en Pontevedra. La verdad es que me pareció una actuación muy buena, el hecho de que dé a traseras de edificios significa que no da a calles salvo en algunos tramos, lo cual lo convierte en un oasis de silencio y naturaleza en medio de la ciudad. El río está bastante regenerado salvo en algún punto donde aún sufre algún vertido y no ha sido abierto al público.

Quizás la idea de un jardín tras la tapia pueda llegar a ser un recurso acertado, después de todo. Y la costumbre de acabar todo planeamiento urbano con una calle también puede no ser siempre la mejor. Me gustó la relación edificio-naturaleza sin trasiego rodado por enmedio.

Hace unos días por fin pude ir a pasear por la ribera del Gafos.
Como pontevedresa, tenía en la cabeza el aspecto que esta zona presentaba hace solo unos años, maleza, basura y abandono.
Me ha sorprendido muchísimo todo el potencial que se había desaprovechado hasta ahora, poder pasear por un río entre árboles y naturaleza en plena ciudad es impagable.
Una lástima que no se acabasen de enlazar los tramos, y después de Campolongo haya que hacer un quiebro entre calles para volver al recorrido.

En el rato que duró el paseo, nos cruzamos con gente de todas las edades disfrutando de los espacios que el recorrido iba creando, abuelos sentados en los bancos de tertulia, jóvenes tomando el sol en la hierba, y chavales con sus mascotas, lo cual demuestra la gran aceptación que ha tenido esta intervención.

Hace unos días por fin pude ir a pasear por la ribera del Gafos.
Como pontevedresa, tenía en la cabeza el aspecto que esta zona presentaba hace solo unos años, maleza, basura y abandono.
Me ha sorprendido muchísimo todo el potencial que se había desaprovechado hasta ahora, poder pasear por un río entre árboles y naturaleza en plena ciudad es impagable.
Una lástima que no se acabasen de enlazar los tramos, y después de Campolongo haya que hacer un quiebro entre calles para volver al recorrido.

En el rato que duró el paseo, nos cruzamos con gente de todas las edades disfrutando de los espacios que el recorrido iba creando, abuelos sentados en los bancos de tertulia, jóvenes tomando el sol en la hierba, y chavales con sus mascotas, lo cual demuestra la gran aceptación que ha tenido esta intervención.

Siento no haber contestado a los comentarios hasta ahora.
Estoy de acuerdo con Jorge en que el hecho de estar aislado de la ciudad es lo que hace tan especial este lugar.
Sobre lo de los tramos no enlazados que comenta Carabiru, parece ser que hay un proyecto de "destapar" el tramo de río que se cubrió en su día para dar continuidad al paseo (este tipo de actuación es algo más dudosa, ya que implica un coste mucho mayor y es un tanto artificioso, pero quizá podría funcionar). Por otra parte esta previsto dar continuidad al recorrido río arriba, algo que podría ser muy interesante como conexión con de la ciudad con áreas más rurales.
En respuesta a IAM81, intentará hacereme con el manifiesto que comentas, ya que no lo he leído (pero por lo que he visto en internet parece interesante).

Siento no haber contestado a los comentarios hasta ahora.
Estoy de acuerdo con Jorge en que el hecho de estar aislado de la ciudad es lo que hace tan especial este lugar.
Sobre lo de los tramos no enlazados que comenta Carabiru, parece ser que hay un proyecto de "destapar" el tramo de río que se cubrió en su día para dar continuidad al paseo (este tipo de actuación es algo más dudosa, ya que implica un coste mucho mayor y es un tanto artificioso, pero quizá podría funcionar). Por otra parte esta previsto dar continuidad al recorrido río arriba, algo que podría ser muy interesante como conexión con de la ciudad con áreas más rurales.
En respuesta a IAM81, intentará hacereme con el manifiesto que comentas, ya que no lo he leído (pero por lo que he visto en internet parece interesante).

Me refería más al tramo que empieza después de Campolongo ya que para volver al río hay que irse hasta la Carretera de Marín (no recuerdo ahora mismo el nombre que le han puesto a esa calle). Como tú dices, no acabo de ver claro eso de levantar toda la zona previamente cubierta, tampoco está tan mal pasar del río a un paseo arbolado y luego volver al río.
Hacia el rural, por lo que se, ya se medio arregló un tramo, o al menos eso me han dicho, empezando justo donde está el puente del tren.
El año pasado se vieron nutrias, y este verano nosotros vimos una anguila y un montón de peces, así que por lo visto la cosa está funcionando.

Me refería más al tramo que empieza después de Campolongo ya que para volver al río hay que irse hasta la Carretera de Marín (no recuerdo ahora mismo el nombre que le han puesto a esa calle). Como tú dices, no acabo de ver claro eso de levantar toda la zona previamente cubierta, tampoco está tan mal pasar del río a un paseo arbolado y luego volver al río.
Hacia el rural, por lo que se, ya se medio arregló un tramo, o al menos eso me han dicho, empezando justo donde está el puente del tren.
El año pasado se vieron nutrias, y este verano nosotros vimos una anguila y un montón de peces, así que por lo visto la cosa está funcionando.

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