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Espacio público cómo espacio de comunicación (libre)

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El concepto de espacio público está en el centro de numerosas discusiones, entre ellas el campo de las ciencias de la comunicación.

Habermas,  considera la publicidad (en su sentido de amplia difusión de la información) y los temas de debates mediante los medios de comunicación como dimensión constitutiva de la opinión pública y del espacio público y como principio de control del poder político. Se podría decir que considera que la opinión pública se vuelve más visible mediante su “publicización”.

Según Juan Freire se puede entender como espacio público cualquier tipo de entorno, contexto, plataforma que permite la relación abierta y multidireccional entre personas. Por tanto un espacio público debe cumplir dos requisitos: facilitar la comunicación (por su propio diseño) y unas reglas de gobierno que permitan un uso activo y compartido de los diferentes usuarios.

Schmucler y Terrero definen directamente toda la ciudad como un espacio de comunicación. Desde sus orígenes esta característica, ser un espacio de comunicación, ha permanecido inalterado. Lo que ha ido cambiando -a veces de manera drástica- es el alcance de lo que se entiende por comunicación. La concepción del espacio, la percepción del sentido de la ciudad, los modelos imaginados para la construcción hábitat, los rasgos atribuidos a la cultura urbana, podrían ser vistos como variables derivadas de este principio estructurante de la ciudad: la comunicación (SCHMUCLER, Hector y Patricia Terrero, 1992).

Con la llegada de Internet y la definitiva afirmación de la economía globalizada asistimos a un nuevo complejo fenómeno de información y conocimiento que redefine los términos del espacio público. La web se puede considerar como la nueva ágora donde teóricamente está garantido el libre acceso a todos y donde todos pueden expresar su propia opinión. Las desigualdades sociales, económicas y geo-politicas hacen que exista una parte importante de la población mundial que todavía no tiene acceso a esta fuente esencial de la sociedad del conocimiento. Es por ello que están surgiendo movimientos culturales que promueven la riconquista de una dimensión pública, libre y democrática de la red, sea desde un punto de vista de las herramientas (open source) que de las dinámicas (web participativa o 2.0).

Entender la ciudad como espacio de la comunicación es muy interesante puesto que nos permite deshacernos de las clásicas jerarquías espaciales y puntos o zonas de densificación física o de flujos con los que estamos acostumbrados a trabajar los urbanistas. Innerarity , por ejemplo afirma que las sociedades modernas apenas necesitan centralidad espacial, lo cual es importante comprenderlo para concebir el nuevo espacio público que se nos abre más allá del antiguo paradigma arquitectónico y nos invita a pensar la ciudad de otra manera.

Muy probablemente el problema está justamente en seguir pensando la ciudad en términos exlusivamente físicos. El investigador William J. Mitchell ha estudiado este fenómeno desde hace una década y ha remarcado como las estructuras de acceso y exclusión se reconstruyen en términos absolutamente no arquitectónicos. Realmente podríamos decir que ya no entramos y salimos de lugares mediante el desplazamiento físico, sino simplemente estableciendo y rompiendo conexiones lógicas.

Siguiendo por este camino llegamos enseguida a las nuevas fronteras abiertas por la popularización y la extensión del acceso a internet. Internet es probablemente el mejor ejemplo de espacio público definido como el espacio de la comunicación. En este aspecto hay toda una escuela de pensamiento muy optimista sobre la que me gustaría escribir más adelante. En la misma definición de Castells que entiende la ciudad como el espacio de los flujos Internet recubre evidentemente un papel muy importante. Sin embargo como nos recuerda Mongin no debemos llegar a la conclusión de que los territorios han desaparecido. La existencia y la importancia de estos flujos sencillamente suponen el origen de nuevas configuraciones, de nuevas concepciones tópicas que dan prioridad a escalas, niveles, redes y velocidades según modalidades inéditas .

Según Carlos E. Guzmán Cárdenas la nueva configuración urbana del ciudadano está caracterizada por inéditas formas de vida pública -argumentación, estilo, tono, marcas distintivas colectivas, recursos dramatúrgicos, usos del cuerpo, voz, gesticulación, etc- o de viejas formas en lugares no tradicionales, muchos de ellos no son en manera algunos lugares físicos sino espacios virtuales, canales para la comunicación.
Estudiar los espacios públicos como acontecimiento cultural comunicacional implica admitir que en el consumo de la ciudad se construye parte de la racionalidad comunicativa e integrativa de una sociedad. Se suele imaginar el consumo como un lugar de lo suntuario y lo superfluo. Sin embargo, al consumir la “ciudad cultural” también se piensa, se elige y reelabora el sentido social de lo público; como afirman Mary Douglas y Baron Isherwood (1990), el consumo “sirve para pensar”. Pero además, sirve para ordenar políticamente cada sociedad ya que es un proceso en el cual los deseos se convierten en demandas del “nosotros” y en actos socialmente regulados (García Canclini, Néstor. 1995) a través de diversos ritos e instituciones sociales
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Bibliografía

CASTELLS, M.(1997): La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol. 1 La sociedad red, Alianza, Madrid 2001.

FOGLIA, E. (2008): “ Redes paralelas y cartografías detectoras: prácticas sociales y artísticas con medios locativos”, en: Artnodes, n. 8, UOC, Barcelona. Disponible en <http://www.uoc.edu/artnodes/8/dt/esp/locative-media.html>.

HABERMAS, J.(1987) Teoría de la acción comunicativa, Taurus, Madrid, 1992.

INNERARITY, D. (2006).  El nuevo espacio público, Espasa-Calpe, Madrid, 2006.

MONGIN, O. (2006): La condición urbana, Paidós, Buenos Aires, 2006.

GUZMÁN CÁRDENAS, C. (2008). Nuevas Síntesis Urbanas de una Ciudadanía Cultural. (La Ciudad como Objeto de Consumo Cultural). Disponible en <http://www.redinterlocal.org/spip.php?article63>.

SCHMUCLER, H. & TERRERO P. (1992): “Nuevas Tecnologías y transformación del Espacio Público. Buenos Aires 1970-1990”, en: Telos n. 32, Fundación Telefónica, Madrid.

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Comments (4)

Es un gran tema de reflexión sobre el que todavía queda mucho que pensar, me gustó el breve recuento que se hizo. Sugiero una re-lectura para corregir algunos errores de redacción que hay.

Es un gran tema de reflexión sobre el que todavía queda mucho que pensar, me gustó el breve recuento que se hizo. Sugiero una re-lectura para corregir algunos errores de redacción que hay.

Este post está fechado como del 26 de enero, deben revisar la configuración del wordpress

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