De la exposición Smartcitizens…
El pasado abril se inauguraba la muestra interactiva Smartcitizens, comisariada por Paisaje Transversal, que puede visitarse hasta el 3 de noviembre en el Centro Centro Cibeles de Cultura y Ciudadanía de Madrid. La exposición, frente a la extendida concepción de las smart cities como ciudades tecnificadas y automatizadas, presenta cincuenta y tres proyectos que hablan de la smart city o ciudad inteligente como aquella que favorece la activación y conexión en red de sus ciudadanos, animándoles a convertirse en smart citizens y tomar parte activa de la ciudad.
Un enfoque con el que en Ecosistema Urbano nos sentimos completamente identificados, y en mi opinión también tiene sentido a otras escalas como la edificación, donde lo smart, de la mano de la domótica, también es tendencia. ¿Queremos objetos/edificios/ciudades inteligentes que con su automatización desconecten al habitante de sus principios de funcionamiento, o habitantes inteligentes capaces de operar sistemas accesibles, sensibles y transparentes?
La exposición gira en torno a las siguientes premisas: ¿Qué es la inteligencia ciudadana?¿Qué es una práctica ciudadana inteligente? Asociada a estas preguntas se establecen varias estrategias expositivas como una campaña en Twitter, elaboración de cartografías o dinamización a través de talleres. Este proyecto se completa con una serie de herramientas elaboradas por el Centro Nacional de Tecnologías para la Accesibilidad (CENTAC), que están trabajando en una aplicación para dispositivos móviles que se convertirá en un auténtico observatorio ciudadano de prácticas urbanas. Por otro lado, el colectivo de artistas visuales lacasinegra desarrollará su particular visión smart a través de obras en vídeo y fotografías.
[..] Al situar al ciudadano en el centro de la exposición, el visitante entenderá su condición inherente de smartcitizen por pertenecer a la sociedad de la información y habitar en una ciudad como Madrid en la que las TIC y el flujo de datos están continuamente presentes, permitiendo conectar a los ciudadanos, compartir información y generar red.
Entre los proyectos incluidos está Whatif, una herramienta digital (online y móvil) abierta cuyo desarrollo venimos coordinando e impulsando desde Ecosistema Urbano durante los últimos tres años, y que fue concebida para complementar procesos de participación ciudadana y creatividad colectiva, ayudando a recoger y visualizar aportaciones de diversos tipos.
Podéis leer más sobre Smartcitizens en el post Exposición sobre la inteligencia ciudadana en el CentroCentro y por supuesto, ¡visitarla!
… a la experiencia abierta #SmartCitizensCC
Más allá de la parte expositiva, Smartcitizens se plantea como una herramienta de comunicación y como un catalizador de conexiones. Para ello, llevando la idea de apertura, remezcla, conocimiento abierto y reapropiación local al propio formato comunicativo, Paisaje Transversal, en colaboración con Bernardo Gutiérrez, decidió liberar los contenidos de la exposición para que ésta pudiera ser copiada, adaptada, ampliada y reconstruida en otros lugares por cualquier persona. La exposición —material, vídeos, tríptico, galería de imágenes — está a disposición con licencias libres en un microsite: smartcitizens.paisajetransversal.com
Como escribía Bernardo Gutiérrez en el post #SmartCitizensCC: Inteligencia colectiva para reinventar la sociedad, este proceso de apertura y reformulación de la exposición tiene varios desafíos.
El primer desafío de cualquier exposición en la era red es convertirse en un proceso. Por todo ello, para ir más allá de una exposición, estamos creando perfiles en redes sociales que no serán apenas para hablar de la exposición, sino para conversar, intercambiar métodos, procesos, agenda. Serán perfiles de lo común, en el que la interacción prevalecerá sobre la difusión.
El segundo desafío de una exposición es transformase en una muestra expandida. El espacio expositivo se queda pequeño, limita el contenido de la misma. Distribuir el contenido expositivo por el barrio, ciudad y mundo sigue siendo un reto. El primer paso, pues, es liberar el contenido de Smartcitizens, que ya es una muestra libre, con licencia copyleft. El Do It Your Self (DIY, hazlo tú mismo) o Do It With Others (DIWO, hazlo con otros) pasarán a ser el sistema nervioso de lo que ocurra a partir de ahora con #SmartCitizensCC. Cualquier persona podrá replicar la muestra o parte de ella. Cualquiera podrá incorporar elementos locales. Será una muestra glocal, infinita y mutante.
El tercer desafío es que la muestra no se convierta en una marca y sí en una plataforma de diálogo. El mejor branding pasa a ser el cultivar diálogos, incentivar vínculos y conectar pares. El intercambio de experiencias, métodos, protocolos, se convierte en la moneda social del proceso.
El cuarto desafío es transformar la muestra en un laboratorio itinerante. Que el conocimiento, prototipos y bagajes de las redes y colectivos participantes en Smartcitizens se conviertan en un hub urbano flexible, itinerante, replicable. Generar espacios de reflexión-acción en el territorio, zonas autónomas temporales de intercambio de conocimiento. Un laboratorio post-it que genere intervenciones en las ciudades.
El quinto desafío es construir un imaginario de «inteligencia ciudadana» para contraponer al concepto smart city fabricado por el mercado y que transforma las urbes en algo previsible en manos de las compañías multinacionales. #SmartCitizensCC no es un hashtag. Es ágora, es máquina de relatos, es fábrica de nuevos mundos.
Otro desafío más
Con todo, una de las cosas que he aprendido desde que empecé a interesarme en serio por la cultura abierta es que aplicar a algo una licencia Creative Commons no lo convierte necesariamente en algo open source, de fuente abierta. Para que algo lo sea, debemos plantearnos cuál es realmente la “fuente” que tenemos que abrir para facilitar al máximo las tres libertades fundamentales (que me perdone la Free software foundation, que para el caso del software libre define cuatro) en las que se apoya la cultura abierta: libertad de uso, libertad de modificación y libertad de distribución.
De modo que me atrevería a añadir un desafío más, que panteo en forma de preguntas:
¿Cuál es la “fuente” de una exposición? ¿Es igual de abierto permitir la copia y remezcla de una serie de archivos en PDF que proporcionar los archivos fuente editables? ¿Es lo mismo hacerlo a descarga que sobre una plataforma colaborativa que pueda incorporar aportaciones externas? ¿En qué formato habría que liberarlos para favorecer su manipulación? ¿No entrarían aquí con toda su relevancia el software libre y los formatos abiertos?
Estas cuestiones, cuya respuesta intuyo pero que habría que ver sobre la práctica, son en realidad muy similares a las que se me plantean ante iniciativas como el Air Tree Commons y otros muchos proyectos de diseño abierto. Queda mucho por intentar y por resolver, y eso es precisamente lo que hace tan apasionante el proceso de incorporación de los principios de la cultura abierta a nuestro trabajo.
Puedes seguir la conversación buscando el hashtag #SmartCitizensCC en tu red social favorita.