Demasiadas veces ocurre, cuando toca pensar ciudad, que las zonas verdes se quedan relegadas a los pedazos del puzzle que nadie quiere. Parcelas triangulares y de formas extrañas, restos de trazado urbano mal situados que no son muy cómodos para construir y se convierten en parques. Sin embargo, cuando se sabe ver el valor que aportan a la ciudad, adquieren una situación privilegiada.