Hay dos afirmaciones que debido a su contundencia y a las consecuencias que tiene aceptarlas habitualmente se obvian o se ocultan: “que el crecimiento tiene límites, y que ya los hemos sobrepasado” (Fernando Gaja i Díaz).
La tierra es un sistema de recursos cerrado y limitado y por lo tanto el crecimiento ilimitado es una utopía en el sentido peyorativo de ilusión absurda. Por otra parte nuestro sistema de producción, el industrial, se basa en el crecimiento perpetuo. Los limites a esta posibilidad de crecimiento son especialmente ecológicos, los pone el medio ambiente. La naturaleza tiene la capacidad de absorber una parte del impacto que produce la explotación de los recursos y la generación de residuos, esta capacidad está, desde hace décadas desbordada. Aceptar estas afirmaciones implica la necesidad de un cambio radical de prioridades. continue reading