Cinco urbanistas reflexionan sobre el futuro del mayor asentamiento ilegal de España
Cinco décadas arrastrando un problema generado por un urbanismo a la deriva. 40.000 personas instaladas en una senda que un día fue ruta de la trashumancia. La inmigración y la pobreza extrema agarradas de la mano en unas 2.000 edificaciones, todas ellas ilegales. Cada mañana, españoles -gitanos y payos-, marroquíes, búlgaros, rumanos, croatas, bosnios y serbios se saludan por las calles del asentamiento, embarradas y sin alcantarillado. A pocos metros, junto a la incineradora de Valdemingómez, se erige el mayor hipermercado de la droga de España. En todo el asentamiento residen unos 1.000 niños sin escolarizar.