Para continuar con esta serie de posts quería escribir sobre una línea de trabajo que empiezan a desarrollar multitud de diseñadores en todo el mundo (poco a poco y de forma  a veces un  tanto anónima, pero tiempo al tiempo…) que consiste en desarrollar sistemas que permitan al usuario crear/modificar/customizar/reparar sus propios muebles y objetos. Unas veces se trata de kits de elementos que complementan o añaden funciones a objetos preexistentes, otras veces son guías de cómo intervenir determinado tipo de muebles, otras veces son consejos o sencillos sistemas de montaje a partir de materiales baratos… Esta tendencia tiene, en mi opinión,  aspectos muy interesantes  como son la idea de trasladar al usuario gran parte de la responsabilidad en cuanto a producción y, lo que es más importante, en cuanto a creatividad (esto es lo que marca la diferencia  fundamental con estrategias de comercialización ya implantadas que dejan en manos del usuario la fase de montaje final del producto).

En este sentido encuentro una conexión interesante con el concepto de “prosumer” que viene a definir a un nuevo usuario que es consumidor y productor a la vez.  Hoy Domenico nos ha hablado de este concepto (y muchos otros, pero estos los guardo para futuras reflexiones) en el contexto de internet y las nuevas tecnologías. Me parecía interesante conectarlo con la idea de diseño que implica al usuario y, en lugar de considerarlo un mero consumidor de productos,  lo eleva al estatus de coproductor y en definitiva coautor. ¿Estamos preparados los diseñadores para asumir ese salto?¿De que manera se puede plantear el diseño en estos términos y mantener su viabilidad económica? A lo mejor se trata de dejar de comercializar productos y empezar a pensar en términos de capacidades. Quizá se trata de intercambiar conocimientos por servicios. Lo que parece claro es que en este terreno hay un campo de expansión enorme y si estamos atentos podemos ser testigos de cambios interesantes.

Estos cambios serán (están siendo) globales (seguramente gracias a la expansión de conocimientos que ha producido la web, a procesos sociales y económicos mundiales…) y surgen iniciativas a miles de kilómetros de distancia que comparten muchos planteamientos y marcos de actuación. En este caso me gustaría dejaros con dos ejemplos: Designmade, que es una exposición anual que se organiza en Seúl desde 2005 (y este año bajo el lema “share” tendrá una contraparte en Londres) y MAKEA (de quienes ya hemos hablado otras veces en el blog), que es un colectivo con sede en Valencia que promueve una plataforma donde colgar “recetas” para reparar, mutar, adaptar nuestros propios mubles (a modo de base de datos) y a la vez lleva a cabo talleres, acciones, instalaciones y exposiciones sobre el tema. Me sigue alucinando y maravillando a partes iguales que en puntos tan alejados geográfica y culturalmente aparezcan iniciativas que (más allá de formatos y sistemas concretos de trabajo) tienen tanto en común, sin que muchas veces ellos mismos lo sepan. ¡Algo se mueve en el diseño y no hay marcha atrás!